Paula Liliana Salto, de 56 años, ha recorrido un largo camino en su vida, tanto literal como figurativamente, con un único objetivo: encontrar a su hijo Sebastián, a quien tuvo que dar en adopción hace más de tres décadas.

Paula, quien tuvo una infancia y adolescencia marcadas por la tragedia y el abuso, encontró en el atletismo una herramienta clave para sobrellevar su dolor y mantener viva la esperanza de reunirse con su hijo.
Paula nació en Quimilí, Santiago del Estero, Argentina, en un entorno complicado. A los seis años perdió a su madre y quedó al cuidado de su abuela y su padre alcohólico. Su juventud estuvo llena de adversidades, incluyendo el abuso sexual a los 15 años.
En busca de una vida mejor, Paula se trasladó a Buenos Aires, donde empezó a trabajar como empleada doméstica. Fue en Buenos Aires donde conoció al padre de sus hijos y comenzó a experimentar maltrato psicológico y económico.
Cuando tenía 20 años y ya madre de un niño, Paula se encontró embarazada nuevamente en una situación de extrema pobreza y sin apoyo. Bajo la presión de su pareja, tuvo que tomar la dolorosa decisión de dar en adopción a su segundo hijo, Sebastián, quien nació el 18 de octubre de 1988 en el Hospital Durand.
A lo largo de los años, Paula nunca dejó de pensar en Sebastián. Tras superar una dura depresión y varios intentos de suicidio, encontró en su primer hijo, Cristian, la fuerza para seguir adelante. Eventualmente, Paula decidió que no podía seguir viviendo con la incertidumbre y comenzó a buscar a Sebastián activamente.
El atletismo como esperanza
En su proceso de sanación, Paula descubrió el atletismo. Empezó a caminar, luego a trotar, y finalmente a participar en carreras y maratones. En cada una de estas competencias, lleva puesta una camiseta con los detalles del nacimiento de Sebastián, esperando que alguien pueda reconocer la historia y ayudarla a encontrar a su hijo.
«Antes de llegar al cielo te encontraré», reza el reverso de la remera que Paula lleva en cada carrera. En el frente, los datos precisos de su hijo: «Sebastián nació el 18 de octubre de 1988 a las 13:35 en el Hospital Durand, a metros del Parque Centenario». Para Paula, cada carrera es un paso más hacia la posibilidad de reunirse con Sebastián.
La historia de Paula es un testimonio de resistencia y amor maternal inquebrantable. Mientras continúa corriendo y trabajando como enfermera en el área de Maternidad, Paula mantiene viva la esperanza de encontrar a Sebastián.
«El atletismo es lo que me sacó de la desesperación. No me imagino sin correr. Cuando corro, paso por muchos estados: tristeza, alegría, esperanza, euforia. Es lo mejor que encontré», dice Paula.

Paula espera que su historia inspire a otros y que, con la ayuda de la comunidad, pueda finalmente abrazar a su hijo. «Si hoy lo viera, le diría que lo amo y que lo amé desde el día que estaba dentro mío. Que lo dejé para protegerlo y que, en ese momento, no tenía opción. Las cosas suceden por algo y para mí encontrarlo a Sebastián sería mi mayor logro», concluye Paula.
Con su espíritu indomable y su determinación, Paula continúa corriendo maratones, llevando consigo la esperanza de un reencuentro y la convicción de que algún día, su búsqueda terminará en el abrazo más esperado de su vida.