Gordon Hartman, un ex-promotor inmobiliario estadounidense, dedicó $51 millones para construir un parque de atracciones inclusivo después de un incidente que involucró a su hija Morgan, quien sufre de problemas cognitivos y autismo.
La idea nació cuando vio cómo otros niños se alejaban de su hija en una piscina porque no sabían cómo interactuar con alguien con una discapacidad. Hartman decidió crear un lugar donde todas las personas, con o sin necesidades especiales, pudieran disfrutar juntas.
En 2010, Hartman inauguró «El País de las Maravillas de Morgan» en San Antonio, Texas, construido en una cantera en desuso. Este parque temático, considerado el primero y más accesible del mundo, costó $34 millones. Incluye una rueda de la fortuna accesible, un patio de aventuras, un tren en miniatura, y un carrusel diseñado para sillas de ruedas.
Desde su apertura, el parque ha recibido a más de un millón de visitantes de 67 países y de todos los estados de EE.UU. Un tercio del personal tiene discapacidades, y la entrada es gratuita para visitantes con enfermedades o discapacidades.
Hartman ha expandido la oferta del parque con la «Isla Inspiración de Morgan», un parque acuático accesible que costó $17 millones. Este incluye sillas de ruedas motorizadas a prueba de agua y paseos en barco accesibles.
El parque no solo ha proporcionado un lugar inclusivo para jugar, sino que también ha cambiado la percepción de las personas sobre las discapacidades.
Hartman continúa recibiendo solicitudes para abrir más parques, pero actualmente se enfoca en proporcionar servicios educativos a adolescentes con necesidades especiales en San Antonio. Su hija Morgan, ahora de 23 años, sigue disfrutando del parque y ha experimentado un progreso significativo en su desarrollo.
Con este parque, Hartman no solo ha creado un lugar de entretenimiento inclusivo, sino que también ha inspirado a otros a ver más allá de las discapacidades y a reconocer que, en esencia, todos somos iguales.