Un hombre se encierra la cabeza en una jaula para intentar dejar de fumar, su esposa tiene la llave y solo la abre para comer

En 2013, Ibrahim Yücel, un hombre turco que había fumado durante más de 26 años, decidió hacer algo radical para salvar su vida: construyó una jaula de cobre, la colocó en su cabeza y le entregó las llaves a su esposa e hija. Así, de forma literal, se cerró el acceso al cigarrillo… con la esperanza de recuperar su libertad.


Una decisión extrema nacida del amor y la pérdida

Motivado por la muerte de su padre a causa del cáncer de pulmón, Ibrahim comprendió que debía actuar antes de que fuera demasiado tarde. Aunque había intentado dejar de fumar muchas veces, siempre recaía. Entonces pensó: si su voluntad no podía sola, tal vez una barrera física ayudaría a romper el ciclo.

Inspirado en un casco de motocicleta, fabricó manualmente una estructura de alambre que cubría toda su cabeza. Desde ese día, solo su esposa podía abrirle la jaula durante las comidas. El resto del tiempo, Ibrahim se enfrentaba a la ansiedad sin la opción de ceder.


Más allá del humo, una historia de lucha personal

La imagen de un hombre caminando por las calles con la cabeza enjaulada llamó la atención de medios internacionales. Algunos lo vieron como una rareza, otros como un símbolo de lucha y amor propio. Pero más allá del asombro, su historia refleja algo muy humano: el deseo profundo de cambiar, aunque eso signifique hacer lo impensable.

No está claro si logró mantenerse libre del tabaco a largo plazo. Pero su gesto es un recordatorio de que, en la batalla contra las adicciones, cada persona encuentra su propio camino. A veces drástico, a veces solitario, pero siempre valiente.

Inzpira News

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