Una pareja turca ha conmovido al mundo con su decisión de compartir uno de los días más importantes de sus vidas con los más necesitados. Fethullah Üzümcüolu y Esra Polat, recién casados en la ciudad turca de Kilis, optaron por destinar el dinero de su banquete de bodas para alimentar a 4,000 refugiados sirios que residen en su ciudad, situada cerca de la frontera con Siria.

Un acto que inspira
«Pensamos que en un día tan importante como este debíamos compartir la fiesta nupcial con nuestros hermanos y hermanas sirios», declaró Ali Üzümcüolu, el padre del novio. Este gesto de generosidad no solo buscaba brindar apoyo a quienes lo necesitan, sino también inspirar a otros a hacer lo mismo.
El novio, Fethullah, expresó que su mayor deseo era extender su felicidad a otros, señalando que «ver felicidad en los ojos de los refugiados sirios no tiene precio». Su esposa, Esra Polat, admitió que al principio se sorprendió por la idea de convertir su día de bodas en un evento solidario, pero pronto se dio cuenta de lo especial que sería. «Fue una experiencia maravillosa», comentó.

Un banquete con un propósito mayor
La asociación local Kimse Yok Mu, conocida por su labor humanitaria, fue la encargada de organizar el banquete. Con un camión lleno de alimentos, lograron ofrecer una comida que no solo sació el hambre, sino que también llevó esperanza y alegría a quienes atraviesan momentos difíciles. Hatice Avci, portavoz de la organización, declaró para The Independent que la pareja invirtió el dinero que recibieron de sus familiares y amigos como regalo de bodas para financiar este evento, demostrando que la solidaridad puede ser el mejor regalo de todos.

Este acto de bondad no solo dejó una huella en quienes recibieron la comida, sino que también ha inspirado a muchos otros a considerar cómo pueden compartir su felicidad y sus recursos con los más necesitados. En un mundo a menudo marcado por la indiferencia, la decisión de Fethullah y Esra resalta la importancia de la compasión y el altruismo. Para ellos, no solo fue un día de celebración, sino también una oportunidad para marcar una diferencia real en la vida de aquellos que han perdido tanto.