Una increíble historia de supervivencia ocurrió en la remota región de Sakha, Siberia, donde una niña de tres años, Karina Chikitova, logró sobrevivir durante 11 días y noches en la naturaleza salvaje, acompañada únicamente por su perro. Karina, perdida en uno de los territorios más inhóspitos del mundo, se mantuvo a salvo gracias al calor y la compañía de su fiel cachorro.
La historia comenzó cuando Karina y su cachorro siguieron a su padre, Rodion Chikitova, sin que él se diera cuenta. Creyendo que su hija estaba con su madre, Rodion no advirtió que la pequeña había desaparecido. Solo cuatro días después, al hablar con la madre de Karina, se dieron cuenta del error, y comenzó una búsqueda desesperada para encontrar a la niña.
Sobreviviendo entre osos y lobos
Durante los días que estuvo perdida, Karina enfrentó los peligros del desierto siberiano, una región conocida por la presencia de lobos y osos. Se alimentó de bayas silvestres y bebió agua de los ríos mientras dormía en camas de hierba alta, con su perro manteniéndola caliente en las frías noches, donde las temperaturas alcanzaban los 6 °C.
Cuando el perro regresó solo al pueblo después de nueve días, la comunidad temió lo peor. Los rescatistas, que habían estado buscando sin éxito desde tierra y aire, perdieron la esperanza al ver que el cachorro había vuelto sin la niña. Sin embargo, para su sorpresa, el fiel perro condujo a los rescatistas hasta donde Karina se encontraba.
El milagro del rescate
Karina fue encontrada descalza, vestida solo con una camiseta roja y medias moradas. A pesar de los días de exposición al clima y los peligros, apenas sufrió algunas picaduras de mosquitos y rasguños en los pies. Los rescatistas se sorprendieron al encontrarla consciente y con buen ánimo, y la llevaron de inmediato al hospital para su recuperación.
«Pesaba tan poco como un pájaro», comentó uno de los rescatistas que la llevó al coche. La niña, que apenas pesaba diez kilos, relató cómo sobrevivió gracias a su perro, quien la ayudó a mantenerse caliente y la acompañó en sus noches solitarias.
Después del rescate, los médicos confirmaron que Karina no había sufrido daños mentales. La pequeña pudo narrar su experiencia, recordando cómo había logrado sobrevivir esos días difíciles.
Esta increíble historia de Karina y su perro demuestra la lealtad y el poder de la compañía de un animal, y cómo, en las situaciones más extremas, los lazos entre los humanos y sus compañeros animales pueden ser la clave para sobrevivir.