La entrañable historia de Kris y Paul: 25 años de amor incondicional

Kris Scharoun-DeForge y Paul DeForge, una pareja con síndrome de Down, celebraron un hito extraordinario: su 25 aniversario de matrimonio el 13 de agosto de 2018. Su historia, marcada por desafíos y un amor inquebrantable, ha conmovido a muchos, sirviendo como ejemplo de que las personas con discapacidad intelectual pueden vivir relaciones plenas y significativas.


Un flechazo que marcó su destino

Todo comenzó hace más de 30 años, cuando Kris y Paul se conocieron en un evento social. Para Kris, fue amor a primera vista. “Miré a Paul a los ojos y vi mi futuro”, recuerda con una sonrisa. Desde ese momento, los dos forjaron una conexión que superó todas las expectativas y prejuicios.

Con cinco años de relación, decidieron dar un paso más y planear su boda. Sin embargo, su decisión enfrentó resistencia. Muchas personas dudaban de que una pareja con síndrome de Down pudiera mantener un matrimonio. Pero Kris y Paul estaban decididos a demostrar lo contrario. “Tenían derecho a tomar esa decisión y lo lograron”, afirmó Susan Scharoun, la hermana de Kris, quien apoyó incondicionalmente a la pareja.


Una boda de ensueño

El 13 de agosto de 1993, Kris y Paul se casaron en una ceremonia llena de amor y emoción en Syracuse, Nueva York. Susan fue la dama de honor y el hermano de Paul actuó como padrino. La recepción, a la que asistieron 150 invitados, fue la realización del sueño de Kris, quien desde niña soñaba con ser una novia. Decoraba su habitación con recortes de revistas de vestidos de boda, imaginando este momento especial.

A lo largo de los años, la pareja vivió en su propio apartamento, compartiendo alegrías y desafíos como cualquier otro matrimonio. “Ella es más emocionalmente vulnerable, y él siempre ha sido su roca”, señaló Susan. Este equilibrio se convirtió en el pilar de su relación.


Enfrentando desafíos con amor

Como cualquier pareja, Kris y Paul enfrentaron complicaciones de salud con el paso de los años. Kris fue diagnosticada con diabetes tipo 1, mientras que Paul comenzó a mostrar signos de demencia, una condición común entre las personas con síndrome de Down debido a su menor esperanza de vida.

Cuando la enfermedad de Paul avanzó, tuvo que ser trasladado a una unidad de cuidados intensivos, mientras que Kris continuó viviendo en su apartamento con supervisión. Este cambio fue especialmente difícil para Kris, quien tuvo que aceptar que Paul no podría regresar a casa. Sin embargo, siguen viéndose varias veces a la semana, manteniendo viva su conexión.


Un ejemplo de amor y resiliencia

La historia de Kris y Paul es más que un simple relato de amor; es un recordatorio de que las personas con discapacidad intelectual tienen la capacidad de construir relaciones significativas y duraderas. “Han sido un modelo a seguir. Su relación es incondicional”, destacó Susan.

A pesar de los desafíos, su amor y compromiso han inspirado a muchos, demostrando que los matrimonios entre personas con discapacidad pueden ser tan satisfactorios como cualquier otro. La relación de Kris y Paul no solo desafió estereotipos, sino que también abrió el camino para que más personas entiendan el valor del amor incondicional, independientemente de las circunstancias.

Inzpira News

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