Una pasajera ha denunciado un acto de crueldad. Jhamel Zarate, mientras viajaba con su gato ‘Vampiro’, de siete años, se despertó para descubrir que su amado compañero había sido arrojado sobre la carretera por el conductor del bus.
Un viaje que se convirtió en pesadilla
El incidente ocurrió la noche del lunes 17 de junio. Jhamel compró un boleto de Cochabamba a Oruro y decidió llevar a su gato, Vampiro, con ella. Para asegurar un viaje tranquilo, llevó a Vampiro al veterinario para que le administraran calmantes. Durante el trayecto, Jhamel se quedó dormida con la jaula de Vampiro debajo de sus piernas. Sin embargo, al despertar en la madrugada, se dio cuenta de que la jaula estaba vacía.
El cruel abandono
Desesperada, Jhamel pidió ayuda al conductor del bus, quien sin reparos le informó que había arrojado al gato en el Km 67 de la carretera Cochabamba-Oruro, cerca de la localidad de Llavini. «Viajar con un gato es de mala suerte», fue la excusa que el conductor dio para su cruel acción, según relató Silvia Luis, madre de Jhamel, a Red Uno.
Jhamel exigió al chofer regresar al lugar donde había abandonado a Vampiro, pero a pesar de los esfuerzos, no lograron encontrarlo. Silvia, visiblemente afectada, expresó: «Mi hija me llamó llorando. El gatito es de la familia, siete años ha vivido con nosotros, estaba bien cuidado».
Exigencia de justicia
La familia no descarta tomar acciones legales contra la empresa de transporte, ya que aseguran haber obtenido autorización para viajar con Vampiro. Este acto de insensibilidad ha generado una ola de indignación y solidaridad en la comunidad, subrayando la importancia de tratar a todos los seres vivos con respeto y compasión.
La historia de Vampiro y Jhamel nos recuerda la responsabilidad que tenemos hacia nuestras mascotas y la necesidad de actuar con empatía y cuidado en todas nuestras interacciones.
