En la aldea de Huoi Ha, en el norte de Vietnam, la educación es un sueño que los niños persiguen a pesar de los peligros extremos. Cada temporada de lluvias, cuando el río Nam Chim se desborda, los aldeanos recurren a un método arriesgado para garantizar que los estudiantes lleguen a clases: los colocan dentro de bolsas de plástico y los arrastran a través de la fuerte corriente.

Un viaje escolar que pone la vida en riesgo
El río crecido impide el acceso a la escuela, pero las familias de Huoi Ha no permiten que esto se convierta en una barrera para la educación. Los adultos más experimentados se encargan de cruzar a los niños dentro de bolsas improvisadas, protegiéndolos del agua mientras sortean la peligrosa corriente. Una vez en la otra orilla, la travesía no termina: los estudiantes deben caminar 15 kilómetros a través de un terreno boscoso y resbaladizo, un trayecto que puede durar hasta cinco horas.

Un llamado urgente por una solución
El esfuerzo de estos niños y sus familias ha despertado la atención a nivel nacional. El Ministerio de Transporte de Vietnam ha ordenado una evaluación de la situación con la esperanza de encontrar una alternativa más segura. Los habitantes de Huoi Ha esperan la construcción de un puente colgante que elimine la necesidad de arriesgar sus vidas en cada trayecto escolar.
Mientras esperan una solución, estos niños siguen enfrentando cada día el peligroso cruce, impulsados por su deseo de aprender y construir un futuro mejor.