El ingeniero Pablo Sánchez Bergasa ha transformado su pasión por la innovación en una causa de vida o muerte. A través de la ONG Medicina Abierta al Mundo, ha desarrollado incubadoras de bajo coste para hospitales en países en vías de desarrollo, ofreciendo una oportunidad de supervivencia a miles de bebés prematuros. Su compromiso con esta misión lo llevó a ganar el Premio Princesa de Girona Social 2025.
Un sueño que se convirtió en realidad
Hace siete años, Pablo conoció el sueño de Alejandro Escario, un joven que buscaba diseñar incubadoras asequibles. Lo que comenzó como una idea se convirtió en un reto que pocos creyeron posible. A pesar de los obstáculos y la salida de varios compañeros del proyecto, Pablo se negó a rendirse y decidió fundar una ONG para hacer realidad esta visión.
Con perseverancia, la iniciativa fue tomando forma y evolucionando hasta convertirse en Medicina Abierta al Mundo, una organización comprometida con la salud neonatal. Pablo y su equipo no solo trabajaron en un diseño funcional, sino que también buscaron una solución escalable y accesible. El resultado fue una incubadora innovadora que hoy en día puede ser replicada en distintas partes del mundo.
Tecnología accesible para salvar vidas
El esfuerzo de su equipo dio frutos en 2019 con la creación de in3ator, una incubadora desmontable fabricada con material plástico, diseñada para transportarse en una maleta y llegar a cualquier parte del mundo. La clave de este proyecto es su accesibilidad: los diseños están disponibles de forma libre en la web de Medicina Abierta al Mundo, permitiendo que cualquier hospital con conocimientos técnicos pueda fabricar su propia incubadora.
Con cada in3ator que llega a un hospital en necesidad, más bebés prematuros tienen una oportunidad de sobrevivir. El impacto de esta iniciativa sigue creciendo, demostrando que la tecnología y la solidaridad pueden cambiar el destino de los más vulnerables.
