En la pequeña aldea de Betenase, en Ghana, un profesor encontró una forma ingeniosa de enseñar tecnología a sus alumnos a pesar de la falta de recursos. Richard Appiah Akoto, de 33 años, decidió no dejar que la ausencia de computadoras fuera un obstáculo y comenzó a explicar Microsoft Word dibujando la interfaz del programa en la pizarra con tiza.

Las imágenes de su método innovador rápidamente se viralizaron en redes sociales, captando la atención de personas de todo el mundo. La dedicación del profesor despertó admiración y generó una ola de solidaridad entre quienes querían ayudar a mejorar la educación de sus estudiantes.
Una ola de apoyo y donaciones
Gracias a la difusión de su historia, distintas organizaciones y personas comenzaron a enviar donaciones. En poco tiempo, la escuela recibió computadoras de escritorio y portátiles, lo que permitió a los alumnos acceder por primera vez a herramientas digitales reales para su aprendizaje.

El impacto del esfuerzo de Akoto llegó hasta Microsoft, que se sumó a la causa con un gesto significativo. La empresa lo invitó a Singapur para participar en su programa de intercambio de educadores, una iniciativa que brinda capacitación a docentes de todo el mundo.
Capacitación y nuevas oportunidades
Durante su viaje, Akoto tuvo la oportunidad de aprender nuevas metodologías para la enseñanza de la informática y compartir su experiencia con otros educadores. Además, Microsoft se comprometió a proporcionarle un dispositivo a través de uno de sus socios comerciales, asegurando que tanto él como sus alumnos tuvieran acceso a mejores herramientas.

La historia de este profesor refleja el poder de la creatividad y la pasión por la enseñanza. Su determinación no solo transformó la vida de sus estudiantes, sino que también inspiró a miles de personas a valorar la educación y a contribuir a su desarrollo.
Un ejemplo de perseverancia y solidaridad
Lo que comenzó como un acto de ingenio en una pizarra terminó convirtiéndose en un ejemplo mundial de perseverancia y solidaridad. Hoy, gracias a su esfuerzo y al apoyo recibido, los alumnos de Betenase pueden aprender informática con acceso real a la tecnología, abriendo nuevas oportunidades para su futuro.