Peter Lammer, un chef austríaco, desafió todas las probabilidades al regresar a la cocina tras un grave accidente automovilístico que lo dejó con un 80% de discapacidad. Después de años de cirugías y fisioterapia, y con las piernas debilitadas, Lammer encontró una solución inesperada para retomar su pasión culinaria gracias al ingenio de un amigo cercano.
Un dispositivo que marcó la diferencia
El accidente, ocurrido mientras manejaba una moto, parecía poner fin a su carrera profesional. Sin embargo, Bernhard Tichy, carpintero y montañista, diseñó un dispositivo llamado Standing Ovation que permitió a Lammer trabajar nuevamente en la cocina. Este soporte metálico en forma de C, combinado con un asiento similar al de una bicicleta, se ajusta al techo y reduce la presión en las piernas, ofreciendo al chef la movilidad necesaria para desempeñarse en su restaurante.
Tichy comentó que el invento no solo ayuda a chefs con movilidad reducida, sino que también representa una esperanza para quienes enfrentan desafíos físicos similares. Lammer, agradecido por esta herramienta, destacó cómo transformó su vida: “Desde 2016, Standing Ovation me permitió recuperar mi autonomía, mantener a mi familia y ser feliz nuevamente”.
Regreso al arte culinario
A pesar de sus limitaciones físicas, Lammer trabaja entre 40 y 50 horas semanales en el restaurante Johanneskeller en Salzburgo, donde deleita a los comensales con platos tradicionales austriacos. Inspirado por su abuela, quien hacía maravillas culinarias con recursos limitados, Lammer mantiene vivo su amor por la cocina. “Con los medios más sencillos, mi abuela me regaló un espectáculo de fuegos artificiales para el paladar”, recordó.
Un ejemplo de resiliencia
Además de convertirse en un ejemplo de superación, Lammer lleva un mensaje claro para quienes enfrentan obstáculos: “El éxito también significa levantarse solo una vez más que caerse”. Su historia no solo inspira a otros en la industria culinaria, sino que también demuestra cómo la innovación y la amistad pueden cambiar vidas.
El restaurante Johanneskeller, ahora un símbolo de perseverancia e innovación, recibe a comensales que no solo disfrutan de su comida, sino que también son testigos de una historia de fortaleza y dedicación que trasciende los límites de la adversidad.