Jubilado de 76 años ofrece clases particulares en McDonald’s para complementar su pensión

Jorge, un jubilado de 76 años, ha encontrado una manera creativa de complementar su pensión dando clases particulares en un local de McDonald’s en Buenos Aires.


Todos los días, Jorge se posiciona en la concurrida esquina de Av. Independencia y Lima, un punto estratégico por donde pasan numerosos estudiantes universitarios en su camino a clase. Con folletos en mano, promociona sus lecciones de biofísica, matemática y química, ofreciendo su experiencia y conocimiento a aquellos que necesitan apoyo académico.

La carrera de Jorge no siempre estuvo orientada hacia la docencia. Estudió industrialización de petróleo y trabajó en el área de purificación de gases y destilación. Sin embargo, tras su jubilación, se vio en la necesidad de buscar ingresos adicionales.

“Yo cobro la jubilación mínima y no me alcanza. Nunca se me había ocurrido dar clases, así que hago esto por la plata”, confesó en una entrevista con TN.

La imagen de uno de sus volantes, compartida en redes sociales, rápidamente se hizo viral, generando una gran cantidad de consultas. Aunque reconoce que no todos pueden pagar sus clases debido a la situación económica, Jorge sigue adelante con su misión de ayudar a los estudiantes.

“La situación económica es desastrosa para todos. Hace aproximadamente tres meses descubrimos que la casta somos los jubilados, los que viajamos en colectivo o en tren. Con esperanzas en mayo, la inflación se detiene. Ojalá que sea así”, comentó.


Conocido cariñosamente como el “Profe Jorge”, realiza sus clases en un McDonald’s del barrio de Once. Aunque su deseo es poder enseñar de manera virtual para llegar a más estudiantes, lamenta no contar con una notebook para hacerlo posible.

“Yo no sabía que me iba a dedicar a las clases, pero cuando empecé me di cuenta de que hay algo que me gusta. Me gusta enseñarles a los que más les cuesta”, afirmó.


En sus volantes, Jorge detalla que sus clases de apoyo incluyen explicaciones de los temas que los estudiantes deben rendir y el desarrollo de problemas, además de asignarles tareas para practicar en casa. Con paciencia y dedicación, se asegura de que sus estudiantes estén bien preparados para sus exámenes, aunque aclara con humildad: “Tampoco hago milagros”.

La historia de Jorge es un recordatorio inspirador de cómo la dedicación y el deseo de ayudar pueden marcar una diferencia significativa en la vida de otros. Su ejemplo demuestra que, sin importar la edad, siempre hay formas de contribuir positivamente a la comunidad y encontrar satisfacción personal en el proceso.

Inzpira News

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