Durante un lapso de 29 meses, un ciudadano alemán había recibido un total de 217 dosis de ocho variantes diferentes de la vacuna contra la COVID-19.
En marzo de 2020, el mundo se encontró en una situación de parálisis debido a la llegada de la COVID-19. Pocos meses después, las vacunas emergieron como una herramienta crucial para combatir esta pandemia. Sin embargo, se observó que se necesitaban múltiples dosis para fortalecer la respuesta inmunitaria ante el virus. Recientemente, la comunidad científica ha hecho un descubrimiento notable y peculiar.
Un hombre de 62 años, residente en Magdeburgo, Alemania, ha recibido un total de 217 dosis de ocho tipos diferentes de vacunas contra la COVID-19 en un lapso de 29 meses, es decir, menos de dos años y medio.
Este caso ha sido objeto de una investigación exhaustiva por parte de un equipo interdisciplinario de investigadores de dos universidades alemanas, y los resultados son sorprendentes: no se han encontrado efectos secundarios en este individuo, quien continúa llevando una vida normal.
Según el Instituto de Microbiología Clínica, Inmunología e Higiene
Existe una teoría que sugiere que «ciertos tipos de células inmunitarias, conocidas como células T, se fatigan cuando se exponen de forma prolongada, lo que puede resultar en una respuesta inmunitaria más débil y menos efectiva contra el patógeno».
Este caso ha generado una gran controversia, lo que llevó al fiscal de Magdeburgo a abrir una investigación por un posible delito de fraude, ya que no había una explicación clara de cómo este hombre había obtenido tantas dosis de vacunas. Sin embargo, no se encontraron pruebas suficientes para presentar cargos penales.
Posteriormente, un grupo de científicos decidió estudiar este caso en detalle. Los resultados, publicados en la revista científica The Lancet Infectious Diseases, muestran que la respuesta inmunológica de este hombre, conocido como HIM, es prácticamente idéntica a la de otras 29 personas que solo recibieron la pauta completa de tres vacunas.
HIM colaboró con el estudio donando varias muestras de saliva y sangre, y afirmó no haber contraído nunca la COVID-19. Aunque no se observaron efectos adversos por la inoculación de las 217 dosis, los científicos advierten que la hipervacunación no debe ser promovida como estrategia para mejorar la inmunidad adaptativa.
