Elizabeth Struhs, una niña de ocho años con diabetes tipo 1, falleció después de que sus padres le negaran la insulina necesaria para tratar su condición. Este trágico caso ha conmocionado al mundo y subraya la importancia de equilibrar la fe con el cuidado médico adecuado.
Jason Richards Struhs y Kerrie Elizabeth Struhs, padres de Elizabeth, pertenecían a un grupo religioso conocido como ‘Los Santos’. En lugar de administrar la insulina necesaria para su hija, optaron por confiar en la oración y la intervención divina para su curación. Durante seis días, le retiraron su medicación, y el 7 de enero de 2022, la pequeña Elizabeth fue encontrada sin vida en su hogar en Toowoomba, Australia.
Cuando las autoridades llegaron al domicilio, encontraron a Elizabeth sobre un colchón en el piso de la sala, habiendo aparentemente sufrido vómitos y dolor antes de quedar inconsciente. Mientras la niña se desvanecía, sus padres, junto con el líder del grupo Brendan Stevens y otros once miembros, oraban fervientemente, confiando en que Dios la salvaría.
Justicia en proceso
El 10 de julio de 2024, un tribunal australiano comenzó el juicio contra 14 miembros de la secta por la muerte de Elizabeth. La Fiscalía acusó a Kerrie Struhs de homicidio imprudente por negar la insulina y la atención médica a su hija.
La fiscal Caroline Marco informó a la Corte Suprema de Brisbane que Elizabeth falleció a causa de cetoacidosis diabética. Debido a la complejidad y notoriedad del caso, el juicio será llevado por el juez Martin Burns sin jurado, y los acusados no han solicitado representación legal ni libertad bajo fianza.
Jayde Struhs, hermana mayor de Elizabeth, de 23 años, quien abandonó la comunidad hace 9 años, declaró en una entrevista con el Canal 7 en 2022 que ‘Los Santos’ no mantienen relación con ninguna iglesia y creen firmemente que «Dios lo cura todo». Este testimonio resalta la profunda influencia de las creencias del grupo en las decisiones de los padres de Elizabeth.
Consternación internacional
El caso ha causado gran conmoción a nivel internacional, destacando los peligros de rechazar la atención médica esencial en favor de creencias religiosas extremas.
La trágica muerte de Elizabeth Struhs es un recordatorio doloroso de la importancia de la atención médica adecuada y de equilibrar la fe con el bienestar físico.