Virginia «Ginnie» Hislop, a sus 105 años, ha logrado un hito impresionante al recibir su maestría en la Escuela de Graduados en Educación de Stanford (GSE). Su increíble trayectoria académica comenzó hace más de 80 años, en la década de 1940, cuando se inscribió para cursar una maestría en Stanford.
Sin embargo, justo antes de completar su tesis final, el estallido de la Segunda Guerra Mundial alteró sus planes. Su novio en aquel entonces, George Hislop, fue llamado a servir en la guerra, lo que llevó a Ginnie a dejar la escuela para casarse con él y dedicarse a apoyar el esfuerzo de guerra, así como a criar a su familia.
Durante estas décadas, Ginnie no solo se enfocó en su familia, que incluye dos hijos, cuatro nietos y nueve bisnietos, sino que también sirvió en juntas escolares y universitarias en el estado de Washington, demostrando su compromiso con la educación y la comunidad.
Con el tiempo, Stanford eliminó el requisito de la tesis para la obtención de la maestría, lo que permitió a Ginnie Hislop regresar a la escuela y completar su sueño académico. El domingo 16 de junio, subió al escenario de la graduación para recibir su maestría en educación, cumpliendo así un objetivo que había estado esperando por más de 80 años.
Durante la ceremonia, cuando el decano de GSE, Daniel Schwartz, le entregó su diploma, Ginnie expresó con emoción: «Dios mío, he esperado mucho tiempo por esto». Su perseverancia y dedicación no solo inspiraron a su familia y amigos, sino también a todos los presentes en la ceremonia.
En una entrevista con «Good Morning America», Ginnie compartió su satisfacción por haber alcanzado este logro tan esperado.
«La falsa modestia nunca ha sido uno de mis problemas», afirmó. «Sentí que lo merecía y estoy encantada de conseguirlo».
La historia de Ginnie Hislop es un recordatorio poderoso de que nunca es demasiado tarde para alcanzar nuestros sueños y de la importancia de la perseverancia y el compromiso con la educación a lo largo de la vida.