En una decisión histórica, la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya emitió órdenes de arresto contra Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, Yoav Gallant, exministro de Defensa, y Mohammed Deif, líder de Hamás, por crímenes de guerra relacionados con el conflicto en Gaza. Esta decisión, anunciada el 21 de noviembre, marca un punto de inflexión en la búsqueda de justicia en medio de una de las crisis más devastadoras de los últimos años.
Acusaciones graves contra altos líderes
Netanyahu y Gallant están acusados de privar intencionalmente a la población civil de Gaza de recursos esenciales como alimentos, agua, medicamentos y energía, en lo que se describe como un «método de guerra». Además, enfrentan cargos de ataques deliberados contra civiles y otros crímenes de guerra. Por su parte, Mohammed Deif, líder de Hamás, es señalado por actos como exterminio, toma de rehenes y violencia sexual durante el conflicto.
La decisión de emitir estas órdenes llega después de meses de investigación por parte del fiscal de la CPI, Karim Khan, quien destacó la magnitud de los crímenes cometidos tanto en Gaza como en Israel desde octubre de 2023.
Respuesta de Israel y apoyo internacional
La reacción en Israel no se hizo esperar. Netanyahu calificó las acusaciones como «mentiras» y reiteró su compromiso de continuar las operaciones en Gaza. Líderes israelíes como Yair Lapid y Naftali Bennett también condenaron la decisión, calificándola de «vergonzosa» y una «recompensa al terrorismo». El Gobierno israelí subrayó que la CPI no tiene jurisdicción sobre su territorio, ya que Israel no es signatario del tribunal.
En contraste, países como Irlanda y Jordania han respaldado la decisión de la CPI. El primer ministro irlandés, Simon Harris, enfatizó la gravedad de los cargos y la importancia de la rendición de cuentas. Por otro lado, Hamás celebró la decisión y pidió que se ampliaran las órdenes de captura a otros líderes israelíes.
¿Qué sigue para la CPI y los acusados?
A pesar de la contundencia de las órdenes de arresto, la posibilidad de que Netanyahu, Gallant o Deif enfrenten a la justicia en La Haya es remota. Israel, al no ser parte del CPI, no reconoce su autoridad. Además, el tribunal carece de un cuerpo policial para hacer cumplir estas órdenes, dependiendo únicamente de la cooperación de sus estados miembros.
Sin embargo, el paso dado por la CPI envía un mensaje poderoso sobre la responsabilidad de los líderes en conflictos armados y la necesidad de proteger a las poblaciones civiles. La comunidad internacional sigue atenta, mientras los esfuerzos para garantizar la justicia en una región devastada por la guerra continúan.