Un tanque estéril con paredes de concreto y rocas artificiales, ubicado en los pisos inferiores de un mega centro comercial de Corea del Sur, ha sido el hogar de Bella, una ballena beluga hembra, durante una década.

Capturada en aguas rusas en 2013, Bella fue vendida al Acuario Lotte World en Seúl, donde ha vivido desde entonces.
Bella llegó al acuario cuando tenía solo dos años, y junto a otros animales polares, formó parte de una popular atracción ártica. Sin embargo, la vida en cautiverio ha pasado factura. Dos de sus compañeros belugas murieron jóvenes, dejando a Bella sola y mostrando signos de estrés.
El Acuario Lotte World prometió en 2019 liberar a Bella, pero más de cinco años después, Bella sigue en exhibición. A pesar de las demoras, la empresa asegura que los planes de liberación están en su «etapa final» y que Bella goza de «buena salud» mientras se prepara para un «nuevo entorno marino».
Los activistas y defensores de los derechos de los animales, como Jo Yak-gol de Hot Pink Dolphins y la bióloga marina Valeria Vergara, subrayan la urgencia de la situación. Bella, dicen, muestra signos de comportamiento estereotipado y estrés, lo que puede afectar su salud y bienestar.

La industria de acuarios está en auge en Asia, pero la creciente conciencia sobre el bienestar de los animales ha llevado a muchas organizaciones a abogar por la liberación de animales cautivos. En un ambicioso proyecto, dos belugas fueron trasladadas de un acuario en Shanghai a un santuario en Islandia en 2020, lo que brinda esperanza para el caso de Bella.
Lotte ha indicado que el «único lugar en el mundo» donde Bella puede ser liberada es un santuario en Islandia. Sin embargo, el proceso ha enfrentado retrasos debido a problemas ambientales en las instalaciones islandesas.
Continúan presionando para que Bella sea trasladada
Los activistas continúan presionando para que Bella sea trasladada a un santuario lo antes posible, argumentando que su mejor oportunidad de vida es en un entorno más natural, rodeada de otras ballenas y lejos de los confines de su tanque actual.

«Apoyamos plenamente la reubicación de Bella en un santuario en el extranjero. Ella necesita la compañía de otras ballenas y experimentar el océano nuevamente», dijo Ric O’Barry, un destacado activista por los derechos de los delfines.
El llamado es claro, Bella ha sufrido bastante y merece una nueva oportunidad de vida en un santuario donde pueda vivir en un entorno más natural y adecuado para sus necesidades.