Escuchar la música que te gusta podría tener un efecto positivo en el alivio del dolor, según la investigación realizada por la Universidad McGill en Canadá.
Los científicos descubrieron que la música, especialmente las canciones tristes, tiene un poderoso efecto analgésico en la percepción del dolor. Aunque se ha estudiado el efecto de la música en el alivio del dolor, las características específicas de las canciones con esta capacidad no se han explorado lo suficiente.
La nueva investigación publicada en la revista Frontiers in Pain Research sugiere que escuchar tus canciones favoritas puede ayudar a reducir la percepción del dolor.
Según los investigadores
Este efecto es incluso más potente cuando se trata de canciones tristes o conmovedoras.
El estudio, realizado con 63 adultos jóvenes sin trastornos neurológicos o psiquiátricos, dolor crónico o antecedentes de consumo excesivo de alcohol y otras sustancias, involucró la colocación de una sonda térmica en el brazo izquierdo de los participantes para simular la sensación dolorosa.
Durante el experimento, los participantes escucharon sus canciones favoritas, música relajante o simplemente permanecieron en silencio mientras experimentaban el dolor inducido.
Los resultados mostraron que los participantes percibían el dolor como menos intenso y desagradable cuando escuchaban sus canciones favoritas en comparación con la música relajante o el silencio.
Los investigadores concluyeron que el tipo de música preferida de cada individuo puede influir en el efecto analgésico del dolor.
Las canciones conmovedoras o agridulces fueron identificadas como las más eficaces para aliviar el dolor, ya que generaban mayores niveles de placer musical y escalofríos.
Aunque estos hallazgos podrían sugerir el uso de la música favorita para el alivio del dolor en contextos clínicos, como en cirugías, los investigadores advierten sobre posibles consecuencias negativas, como la generación de asociaciones aversivas con la música favorita, lo que podría disminuir el placer asociado a ella. Por lo tanto, sugieren cautela en el uso de la música favorita como intervención para aliviar el dolor.