En un instante crucial en su vida, Alok Shukla vio ante sus ojos el impresionante bosque de Hasdeo Aranya, un vasto pulmón verde en la zona central de India.
Este lugar, hogar de miles de tribus y refugio de especies de plantas raras y animales en peligro de extinción, no solo lo maravilló por su belleza, sino que también lo motivó a emprender una lucha monumental contra las poderosas compañías de carbón que amenazaban con destruirlo.
Desde aquel momento en 2012, Alok decidió dedicar su vida a proteger el bosque. Doce años después, su esfuerzo y dedicación fueron reconocidos con el prestigioso premio Goldman, conocido como el «Nobel Verde» del medio ambiente. Este reconocimiento no solo celebra su éxito, sino también la importancia de preservar nuestros recursos naturales más valiosos.
La batalla por Hasdeo Aranya
El bosque de Hasdeo Aranya, que se extiende por 1,017 kilómetros cuadrados y alberga una biodiversidad increíble, estaba bajo la amenaza de ser explotado por sus ricos depósitos de carbón, estimados en 5,600 millones de toneladas. India, siendo el segundo mayor consumidor de carbón en el mundo después de China, veía en estos depósitos un recurso invaluable.
Sin embargo, para las comunidades Adivasi que han habitado el bosque durante siglos y para las numerosas especies que dependen de él, la destrucción del bosque significaba la pérdida de su hogar y su identidad. Alok se dio cuenta de que la única manera de enfrentarse a las poderosas compañías era uniendo a todas las comunidades locales en una lucha común.
La formación de una resistencia
En 2012, Alok comenzó a organizar a los habitantes locales y formó el Comité de Resistencia para Salvar Hasdeo Aranya. Esta alianza informal creció y logró sensibilizar a la población sobre sus derechos y las regulaciones locales que podían utilizar para proteger el bosque. A pesar de los desafíos, lograron coordinar esfuerzos y aumentar la presión sobre las autoridades y las compañías mineras.
En 2020, en medio de la pandemia de COVID-19, Alok y la comunidad lograron cerrar tres minas adicionales y declararon una zona de aproximadamente 4,000 kilómetros cuadrados como reserva natural para elefantes. Aunque el gobierno central intentó seguir adelante con los planes de otorgar 21 nuevos sectores de minas de carbón, la resistencia local logró que estos planes fueran cancelados.
A pesar de los numerosos desafíos, Alok y las comunidades locales siguen luchando por la rehabilitación de las tierras destruidas y la protección de los árboles restantes. Alok espera que el premio Goldman inspire a otros movimientos alrededor del mundo a centrarse en la protección de los bosques y la preservación del medio ambiente.
“Cualquier árbol que sea cortado en Hasdeo Aranya es un error. Y nuestro esfuerzo es cuidar cada árbol”, subraya Alok, destacando la importancia de su lucha y el impacto que tiene en la conservación de la biodiversidad y las comunidades locales.