Katherine Jackson, la madre del legendario artista Michael Jackson, se encuentra en medio de una disputa legal con los ejecutores del testamento de su hijo.
El punto de fricción principal radica en la venta de una parte del valioso catálogo musical del «Rey del Pop» a la corporación Sony por una suma colosal de USD 600 millones.
Aunque inicialmente contó con el respaldo de su nieto, Bigi Jackson, éste finalmente se retiró de la disputa, dejando a Katherine sola en su lucha legal.
Los abogados de la herencia han argumentado que Katherine tiene recursos suficientes para costear los gastos legales por sí sola. Desde la muerte de Michael Jackson en 2009, ha recibido alrededor de 55 millones de dólares en beneficios, además de una asignación mensual sustancial.
Sin embargo, el objetivo principal de la batalla legal de Katherine no es aumentar su propia riqueza, sino cuestionar la venta del catálogo musical de su hijo, que él consideraba una parte esencial de su legado artístico y personal.
La situación financiera de la herencia de Michael Jackson al momento de su fallecimiento era precaria, con deudas que superaban los 400 millones de dólares. Esta precariedad se exacerbó con la aparición de múltiples demandas legales y serias acusaciones de abuso sexual contra el cantante, lo que causó un impacto económico y reputacional significativo.
La explotación comercial de los derechos de su música y otras propiedades intelectuales se volvió un desafío complejo para los administradores de su patrimonio, quienes buscaban equilibrar la rentabilidad con el respeto al legado artístico del ícono del pop.
La resolución de la disputa legal entre Katherine Jackson y los ejecutores del testamento de su hijo tiene implicaciones que van más allá de la esfera financiera. Se trata de preservar y proteger el legado artístico y cultural de uno de los músicos más influyentes de todos los tiempos.