Una mujer pidió que le aplicaran la eutanasia a su perrito y un año después lo encontró vivo y en adopción

Una historia de inesperado reencuentro ha capturado la atención de muchos en Maryland, Estados Unidos.


Kristie Pereira, quien había solicitado la eutanasia para su perro Beau hace un año debido a problemas de salud severos, descubrió recientemente que su amado canino no solo estaba vivo, sino que estaba en adopción en un refugio local.

En 2023, Pereira tomó la difícil decisión de solicitar la eutanasia para Beau, un cachorro de cinco meses que sufría de constantes dolores, pérdida de control de sus funciones corporales y una incapacidad para mover sus patas traseras. Un veterinario le había dicho que Beau no se recuperaría. Desconsolada, Pereira firmó el formulario para la eutanasia en un centro de servicios para animales.

Un año después, aún lidiando con el dolor de la pérdida, Pereira decidió visitar sitios web de adopción de mascotas. Para su asombro, encontró una foto de un perro que se parecía exactamente a Beau. Tras investigar, confirmó que el perro en la foto y su amado Beau eran el mismo.


El centro de rescate, Lost Dog & Cat Rescue Foundation en Virginia, había recibido a Beau después de que el veterinario del condado decidiera no aplicarle la eutanasia, considerándolo tratable. Gracias a donaciones, Beau recibió una cirugía crucial que costó casi 7,000 dólares para corregir un problema hepático. Una vez recuperado, fue puesto en adopción sin que Pereira fuera informada.

Al descubrir la verdad, Pereira contactó al refugio con la esperanza de recuperar a Beau. Sin embargo, el refugio se negó a devolverle el perro, citando su política de no retornar animales a los propietarios que previamente los entregaron.


María Anselmo, portavoz del Centro de Adopción y Servicios para Animales del Condado, explicó que cuando los dueños entregan a sus mascotas, firman un formulario que les hace renunciar a la propiedad de los animales. El condado también tiene la discreción de tratar a las mascotas si se consideran tratables y adoptables.

Pereira, quien recientemente se mudó a San Antonio, expresó su frustración y tristeza por la situación. Aunque confía en que Beau podría encontrar una buena familia adoptiva, siente que él debería estar con ella. “Estoy segura de que si lo adoptaran, sería una gran familia”, dijo Pereira entre lágrimas. “Pero eso no debería ser lo que está pasando”.

Esta emotiva historia subraya la importancia de la comunicación y la transparencia en los procesos de rescate y adopción de animales, y deja una profunda reflexión sobre el vínculo entre los dueños y sus mascotas.

Inzpira News

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