En Irak, un controvertido proyecto de ley ha desatado una ola de preocupación y protestas al proponer reducir la edad mínima para contraer matrimonio a tan solo 9 años. Actualmente, la legislación permite el matrimonio a los 15 años con autorización judicial, pero este nuevo cambio implicaría graves consecuencias para los derechos de las niñas y su bienestar.
Una amenaza a los derechos de las niñas
El proyecto, que ya ha pasado una primera lectura en el parlamento, plantea riesgos significativos para las niñas. De aprobarse, aumentaría la vulnerabilidad de las menores a abusos físicos, psicológicos y emocionales, además de exponerlas a los peligros de la maternidad precoz. A esta edad, las niñas no cuentan con la preparación física ni emocional para enfrentar las exigencias de un matrimonio o la crianza de hijos, lo que pone en peligro sus vidas.
Según estadísticas oficiales, en Irak, el 28% de las mujeres contraen matrimonio antes de los 18 años. Si esta ley entra en vigor, esa cifra podría aumentar drásticamente, perpetuando un ciclo de desigualdad y privación de derechos. Las niñas que se casan temprano suelen abandonar la escuela, lo que limita su acceso a la educación y las oportunidades laborales, dejándolas atrapadas en relaciones que no eligieron.
Fuerte oposición y protestas de activistas
La propuesta ha encontrado una fuerte resistencia por parte de activistas y organizaciones de derechos humanos, particularmente lideradas por mujeres. Estas voces críticas advierten que legalizar el matrimonio infantil no solo vulnera los derechos humanos básicos, sino que también perpetúa la discriminación y desigualdad en un sistema ya marcado por estas problemáticas.
Numerosas protestas se han llevado a cabo en distintas ciudades del país, denunciando los efectos irreversibles de la ley. Las manifestantes exigen que se respete el derecho de las niñas a vivir una infancia plena y a acceder a la educación como base para su futuro.
Este no es el primer intento de cambiar la legislación sobre la edad mínima para el matrimonio en Irak. En 2014 y 2017, propuestas similares generaron un fuerte rechazo de la población, especialmente de las mujeres organizadas en movimientos sociales. En ambas ocasiones, las reformas no prosperaron debido a la presión de las protestas.
¿Qué está en juego?
Los defensores de los derechos humanos señalan que permitir el matrimonio infantil no solo afecta a las niñas de manera individual, sino que también representa un retroceso para la sociedad en su conjunto. Legalizar esta práctica reforzaría estructuras de desigualdad y violencia de género, socavando los avances logrados en la protección de las mujeres y niñas en el país.
La comunidad internacional también ha alzado la voz contra esta iniciativa, haciendo un llamado para que Irak cumpla con los compromisos asumidos en tratados internacionales que buscan erradicar el matrimonio infantil y garantizar los derechos de las niñas.
A medida que el proyecto de ley avanza en el parlamento, la lucha de las activistas y la presión de la sociedad civil serán fundamentales para evitar que esta reforma sea aprobada. La historia reciente demuestra que la movilización puede frenar iniciativas perjudiciales, pero el camino es incierto y las niñas de Irak enfrentan un momento crítico para su futuro.