En medio de una salida familiar de caza en Wisconsin, Owen Beierman, un niño de apenas 12 años, demostró que el verdadero coraje no tiene edad. Enfrentado a un peligro mortal, con su padre atrapado bajo el peso de un oso negro, Owen tomó una decisión que salvaría la vida de su progenitor y dejaría una huella imborrable en su familia.
Todo comenzó como una tarde de caza en el condado de Burnett. Ryan Beierman, de 43 años, y su hijo Owen habían avistado a un oso desde una plataforma. Con precisión, Owen logró herir al animal, pero esa noche, lo que parecía una caza común se transformó en una pesadilla. El oso reapareció, lleno de furia, y atacó a Ryan, derribándolo con la fuerza de un tren imparable. Los intentos desesperados de Ryan por defenderse parecían inútiles, mientras el oso lo mordía sin cesar.
«Fue como golpear una pared de ladrillo», relató Ryan sobre sus esfuerzos por luchar contra el animal. Sin embargo, en medio de ese caos y miedo, Owen se mantuvo firme. Con sangre fría y el corazón acelerado, disparó su rifle, impactando al oso y logrando lo que parecía imposible: desviar el peso del animal y liberar a su padre.
El disparo de Owen fue decisivo. Ryan, lleno de heridas pero vivo, agradece cada día la valentía de su hijo. “Owen fue un héroe. No solo me salvó, sino que lo hizo manteniendo una calma asombrosa en medio del peligro”, confesó Ryan, quien necesitó múltiples puntos de sutura tras el ataque.
Este incidente es un recordatorio de lo impredecible que puede ser la naturaleza, incluso en actividades reguladas como la caza. Según las autoridades locales, ataques de osos como este son extremadamente raros en Wisconsin, y la valentía de Owen quedará marcada como una historia de fortaleza y amor filial.
Hoy, Ryan Beierman está listo para dejar la caza de osos, pero lo que nunca dejará de lado es el orgullo por su hijo. “Estoy increíblemente orgulloso de Owen. En el momento en que más importaba, él demostró un valor extraordinario. Me salvó la vida”.