Un hospital en Argentina ha puesto en marcha un programa innovador que permite que los niños internados reciban la visita de sus mascotas, un esfuerzo que ya está mostrando efectos muy positivos en los pequeños pacientes.
La visita de Nikita, el primer caso del programa
Nicolás Fortuna, un niño de siete años que enfrenta una dura lucha contra el cáncer, recibió la visita de su fiel compañera, Nikita, una perra salchicha que ha sido su amiga y apoyo incondicional. Esta emocionante experiencia ocurrió en el Sanatorio de Niños de Rosario, en el marco del programa que permite a los niños con enfermedades graves estar acompañados de sus mascotas. La mamá de Nico, Pamela, comentó que desde la llegada de Nikita al hospital, el estado de ánimo de su hijo cambió completamente: “Desde el miércoles, Nico casi no hablaba. Está atravesando un momento emocional difícil después de cuatro años de tratamientos durísimos a causa de un neuroblastoma y, lógicamente, se enoja. Con la ayuda de los médicos y el apoyo de una amiga, logré organizar la visita de Nikita, y a partir de ese momento, el ánimo de mi hijo cambió totalmente”.
El poder de la conexión emocional en el tratamiento
La visita de Nikita no solo fue un momento de alegría, sino también un paso en el tratamiento emocional de Nico. Según explicó su madre, el niño había recaído en su tratamiento tras haber viajado a España en busca de una terapia avanzada, pero los esfuerzos y la quimioterapia continúan cada 20 días. Para el tratamiento, Nico debe internarse durante cinco días en el hospital, lo que significa separarse de su mascota. Sin embargo, con el nuevo programa del hospital, esta separación no será tan estricta en el futuro.
Veterinarios y personal médico unidos por la causa
Para garantizar la seguridad de los pacientes, el hospital se ha asociado con veterinarios como Carlos Cossia y Gabriel Fernández, quienes participan voluntariamente para evaluar a cada mascota y supervisar las visitas. Los médicos revisan a los animales para que, durante el encuentro, los pacientes puedan disfrutar de la compañía de sus mascotas sin comprometer su salud.
La implementación de este programa responde a la necesidad de que los niños internados mantengan una conexión emocional importante. En el caso de Nico, su madre compartió que tener a Nikita cerca en este momento representa un alivio significativo, brindándole consuelo y alegría en medio de su lucha diaria.
El programa del Sanatorio de Niños de Rosario se plantea como un ejemplo para otras instituciones de salud, mostrando que el acompañamiento emocional puede ser una herramienta poderosa en la recuperación de los pacientes pediátricos, permitiéndoles enfrentar sus tratamientos con el apoyo de sus seres más queridos.