Cuando en 2013 los médicos le dijeron a Tracy Spraggins que su lupus estaba deteriorando su salud y que necesitaba con urgencia un trasplante de riñón, la noticia cayó como un golpe devastador. La única opción era entrar en la lista de espera para un trasplante, un proceso que podría tardar hasta siete años, tiempo que su cuerpo quizás no resistiría.
Su esposo, PJ Spraggins, no estaba dispuesto a esperar. Sin dudarlo, se ofreció a ser su donante, pero los médicos le advirtieron que su peso y presión arterial alta lo convertían en un candidato no apto. En lugar de rendirse, tomó la decisión de transformar su vida.
Un cambio radical para salvar a Tracy
PJ pesaba 120 kilos y tenía hábitos poco saludables, pero su amor por Tracy lo impulsó a hacer un cambio radical. Comenzó a andar en bicicleta, adoptó una dieta más saludable y se sometió a constantes chequeos médicos para asegurarse de que su presión arterial se estabilizara.
El camino no fue fácil, pero cada sacrificio valió la pena. Durante un año entero, PJ trabajó incansablemente para cumplir con los requisitos médicos y poder convertirse en el donante de su esposa. En diciembre de 2014, recibió la noticia que tanto esperaban: su esfuerzo había dado frutos.
El día del trasplante: un acto de amor inquebrantable
El 24 de febrero de 2015, la pareja ingresó al Hospital Vanderbilt para someterse a la cirugía de trasplante. Durante cuatro horas, los médicos trabajaron para asegurar que el riñón de PJ fuera trasplantado con éxito a Tracy.
El procedimiento fue un éxito y ambos comenzaron su recuperación en casa, en Birmingham, Alabama. Aunque tendrían que pasar dos meses sin trabajar, la pareja enfrentó el desafío con gratitud. Tracy tenía ahora un riñón sano y una nueva oportunidad de vida.
«Me dio una mejor calidad de vida»
Días después de la cirugía, Tracy expresó su gratitud:«Esperamos, rezamos y todo salió bien. Mi función renal está al 100% y me siento mejor que nunca», declaró a Fox 10 TV.
Por su parte, PJ, conmovido por haber logrado su objetivo, aseguró que la experiencia lo había cambiado por completo: «Saber que pude ayudar a mi esposa a tener una mejor calidad de vida… eso significa todo para mí», confesó.
La historia de PJ y Tracy es un recordatorio poderoso de lo que el amor, la determinación y el sacrificio pueden lograr. Su historia no solo muestra la fortaleza de un matrimonio, sino también la importancia de la salud y la posibilidad de transformar la vida de alguien a través de la donación de órganos.
