Profesor vivió 13 años con tumor que deformó su rostro pero una operación le cambió la vida

Durante más de una década, Auguste, un profesor senegalés de 64 años, soportó las secuelas de un tumor que desfiguró su rostro, impidiéndole hablar, comer y beber con normalidad. Esta masa creció a un tamaño alarmante, lo que obligó a dejar su trabajo como maestro en 2018 y a aislarse en su casa en Dakar. A los 51 años, la vida de Auguste cambió de manera radical cuando el tumor comenzó a formarse, limitando progresivamente su día a día.


Durante 13 años, Auguste intentó encontrar tratamiento sin resultados favorables, hasta que, finalmente, se enteró de que el barco hospital ‘Global Mercy Ships’, perteneciente a una organización sin fines de lucro, había llegado cerca de su hogar. Esto le dio una nueva esperanza.

Un barco que cambió su destino

A bordo del ‘Global Mercy Ships’, Auguste conoció al cirujano voluntario Josh Wiederman, quien lo atendió y aceptó realizar la cirugía necesaria. Wiederman explicó que condiciones como la de Auguste suelen detectarse en países como Estados Unidos, gracias a radiografías dentales de rutina. Sin embargo, debido a la falta de acceso temprano a atención médica en su región, el tumor de Auguste creció sin control durante años.

“Auguste habría empezado a desarrollar esta masa en algún momento entre la segunda o tercera década de su vida. Cuando lo conocimos, la condición ya había empeorado considerablemente”, comentó Wiederman. A pesar del estado avanzado de la enfermedad, el equipo médico decidió intervenir, y la cirugía resultó exitosa.


Un nuevo comienzo para enseñar

Después de la operación, Auguste experimentó una transformación que lo dejó profundamente impactado. Al verse por primera vez tras la intervención, quedó asombrado por el cambio en su apariencia, que le permitió recobrar parte de la normalidad que había perdido. «Regresar a mi vida ha sido un milagro para mí», expresó con gratitud.

A pesar de estar en edad de jubilación, Auguste decidió retomar su vocación como maestro. Explicó que su deseo de volver a la enseñanza está impulsado por su compromiso con los niños huérfanos y desfavorecidos de su comunidad. “No puedo quedarme de brazos cruzados después de esta segunda oportunidad. Mi propósito es ayudar a los más pequeños, enseñarles sobre la vida y acompañarlos en su crecimiento”, declaró con emoción.


Superar la adversidad para ayudar a otros

La operación no solo le permitió recuperar su salud, sino también renovar su propósito de vida. A pesar de haber pasado años de sufrimiento, Auguste se muestra decidido a continuar con su misión de educar y guiar a los niños en situaciones vulnerables. “Mi vida tuvo una pausa de 13 años, pero ahora tengo una nueva oportunidad para devolver todo lo que me ha dado la vida”, afirmó el profesor.

La historia de Auguste es un ejemplo de cómo la resiliencia y la voluntad de vivir pueden superar los momentos más oscuros.

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