En un hecho que ha dejado atónitos a médicos y especialistas, Thomas Hoover, un hombre de 36 años, despertó momentos antes de que le extrajeran sus órganos para trasplante, después de haber sido declarado con muerte cerebral. El incidente ocurrió en octubre de 2021 en el Baptist Health Richmond, Kentucky, pero recientemente ha salido a la luz tras un informe de una empleada involucrada en la coordinación del trasplante.
Hoover fue ingresado al hospital tras una sobredosis de drogas. Los médicos, después de realizar una serie de evaluaciones, lo declararon en un estado irreversible, diagnosticando muerte cerebral. Sin embargo, su familia no estaba convencida de que todo estuviera perdido. Su hermana, Donna Rhorer, notó señales de vida mientras trasladaban a Hoover a la sala de operaciones. «Fue como si él intentara decirnos ‘Hola, todavía estoy aquí'», relató Donna, explicando que lo vio abrir los ojos justo en ese momento crucial.
El caos en el quirófano
Una vez dentro del quirófano, el ambiente se tornó caótico. Médicos y personal médico se sorprendieron cuando Hoover comenzó a moverse en la camilla, demostrando signos de vida. Natasha Miller, médica especializada en trasplantes de órganos, describió la escena: “Se movía y agitaba en la cama. Cuando nos acercamos, vimos que tenía lágrimas en los ojos. Estaba llorando visiblemente”.
El asombro en la sala fue tal que muchos médicos decidieron retirar al paciente inmediatamente de la preparación para el procedimiento. Según Miller, el cirujano a cargo dijo: «No me interesa. No quiero tener nada que ver con esto», reflejando el desconcierto y la conmoción entre el equipo médico.
Reacciones encontradas y el debate sobre la donación de órganos
A pesar del relato de los médicos presentes, los funcionarios de la organización Kentucky Organ Donor Affiliates (KODA), encargados de coordinar la extracción de órganos, han negado que el incidente ocurriera tal como lo describieron algunos de los involucrados. Aun así, el caso de Thomas Hoover ha abierto un debate sobre los protocolos en torno a la donación de órganos y la declaración de muerte cerebral.
Este incidente ha llevado a la reflexión sobre las decisiones médicas en situaciones tan delicadas y ha puesto en tela de juicio la confianza absoluta en los diagnósticos relacionados con la muerte cerebral. Aunque extremadamente raro, el caso de Hoover pone de manifiesto la necesidad de extremar precauciones y reevaluar los procesos médicos antes de proceder con una extracción de órganos.
El caso de Thomas Hoover destaca la fragilidad de algunas decisiones médicas y el impacto que estos eventos pueden tener tanto en los pacientes como en sus familias.
