En la comunidad Awajún de Bagua, Amazonas, se ha denunciado la tortura de niños debido a su orientación sexual. Euner Kajekui, activista LGBTIQ+ y miembro de la comunidad Awajún, reveló que estos menores fueron castigados con ishanga, una planta que causa inflamación y escozor en la piel, como un intento de «corregir» su comportamiento considerado “afeminado”. Kajekui, quien también sufrió este tipo de castigos en su infancia, denunció que estos abusos se repiten constantemente en la comunidad.
«Muchos jóvenes y mujeres trans indígenas han sido asesinados por ser homosexuales o trans. Nadie debería morir por su orientación sexual o identidad», expresó Kajekui durante una entrevista. Fhran Medina Zavala, presidente de la organización Mas Igualdad, también calificó estos actos como tortura y subrayó la urgente necesidad de que las autoridades intervengan.
Organizaciones exigen acción urgente
Promsex, una organización que defiende los derechos sexuales y reproductivos, exigió una investigación profunda para sancionar a quienes perpetúan estos abusos. Asimismo, hizo un llamado a implementar la Educación Sexual Integral (ESI) y el enfoque de género para prevenir este tipo de violencia en el futuro. Varias organizaciones defensoras de derechos humanos se han sumado al reclamo, pidiendo mayor protección para los niños y las personas LGBTIQ+.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables expresó su rechazo a la violencia contra niñas, niños y adolescentes, y aseguró que tomarán medidas para proteger a los afectados. Por su parte, el Ministerio de Cultura confirmó que se trabaja para garantizar que las acciones de intervención sean culturalmente pertinentes. El Gobierno Territorial Autónomo Awajún también condenó la violencia y aclaró que estos actos no reflejan una práctica cultural generalizada en su comunidad.
La falta de una ley contra las “terapias de conversión”
La violencia que sufren los niños Awajún no es un caso aislado. Un estudio realizado por la organización Más Igualdad reveló que cerca del 40% de los encuestados en Perú ha sido sometido a intentos para cambiar su orientación sexual. La mayoría de estos casos afecta a hombres cisgénero homosexuales.
En 2021, se presentó el Proyecto de Ley 7052109, que buscaba prohibir estas prácticas en Perú. Sin embargo, la propuesta legislativa no ha sido debatida. Estas prácticas, según la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, constituyen tortura. Pese a ello, continúan ocurriendo sin consecuencias legales en el país.
Consecuencias graves para la salud mental
El estudio de Más Igualdad también demostró que quienes fueron sometidos a “terapias de conversión” sufrieron problemas graves de salud mental, como depresión, ansiedad y, en los casos más extremos, trastorno de estrés postraumático. Estas prácticas de violencia psicológica afectan profundamente a las personas de la comunidad LGBTIQ+, perpetuando un ciclo de discriminación y abuso que requiere atención urgente por parte del Estado.
