Mariana Páez Caniza, una mujer de 54 años con Síndrome de Down, desafía estereotipos y lucha por la autonomía de las personas con discapacidad. A los 16 años, le dijo a sus padres que quería vivir sola y, desde entonces, ha forjado una vida completamente independiente. Hoy trabaja en el Ministerio de Educación y vive sola, mostrando al mundo que las personas con Síndrome de Down son capaces de tomar decisiones y vivir de manera autónoma.
La búsqueda de la independencia
Mariana siempre tuvo claro que quería ser independiente. A los 16 años, pidió a su familia que la ayudara a dar ese gran paso. Desde hace casi una década, vive sola en su propio departamento en Buenos Aires, acompañado de la asistencia puntual de agentes de apoyo, quienes la ayudan en tareas específicas como las compras o el transporte público. «Las personas con Síndrome de Down no somos niños para siempre, tenemos voz propia y queremos que nos escuchen», declara Mariana, quien se ha convertido en una defensora de la independencia para personas con discapacidad.
Mariana ha trabajado en el Ministerio de Educación durante casi 25 años. Ingresó como pasante y, desde 2005, forma parte de la planta permanente. Le encanta la responsabilidad que tiene en su trabajo y aprecia el apoyo de sus compañeros. Además, se ha capacitado en gastronomía con el sueño de tener algún día su propio emprendimiento de organización de eventos. Mariana también disfruta de la jardinería y de caminar por su barrio.
Desde hace 15 años, comparte su vida con su novio Alejandro, a quien conoció en un encuentro para personas con Síndrome de Down. Aunque no tienen planes de convivencia total, disfrutan los fines de semana juntos, repartiendo su tiempo entre sus hogares y con sus familias.
«Dejen que decidamos cómo queremos vivir»
Mariana está decidida a que las personas con Síndrome de Down sean vistas como adultos capaces de tomar decisiones. Lucha constantemente para que la sociedad los vea como individuos autónomos, con derechos y responsabilidades. «Queremos que nos dejen decidir cómo queremos vivir nuestras vidas. No somos niños, somos adultos y queremos que se nos respete como tal», afirma con firmeza.
Primer Encuentro Iberoamericano sobre Vida Independiente
Mariana es una inspiración para quienes buscan mayor autonomía, y su lucha se enmarca dentro de un movimiento más amplio. En abril, se celebrará el Primer Encuentro Iberoamericano sobre Vida Independiente para personas con discapacidad, cuyo lema es claro: «Buenas vidas con buenos apoyos en buenas comunidades». Este evento, que tendrá lugar en San Martín de los Andes, Argentina, busca promover la autonomía, ofrecer recursos y visibilizar la importancia de vivir en comunidad, con el apoyo adecuado pero sin caer en la dependencia.
El objetivo principal del encuentro es facilitar la vida independiente para personas con discapacidad, incidir en el desarrollo de políticas públicas que prevengan la institucionalización y fomentar la inclusión en la sociedad. Mariana representa un claro ejemplo de lo que puede lograrse cuando se otorga a las personas con discapacidad el apoyo necesario para vivir de manera autónoma y digna.
Rompiendo barreras y creando conciencia
Mariana no solo es un ejemplo de independencia, sino también una voz potente que exige un cambio de mentalidad. En su día a día, demuestra que las personas con Síndrome de Down tienen la capacidad de manejar sus propias vidas, trabajar, tomar decisiones y, sobre todo, ser escuchadas. Su mensaje es claro: «No somos niños para siempre, somos adultos con voz propia».
La historia de Mariana nos invita a reflexionar sobre la importancia de la inclusión y la necesidad de crear sociedades más justas y accesibles. Su vida es un testimonio del poder de la autonomía y del impacto positivo que puede tener cuando las personas con discapacidad reciben el apoyo adecuado, sin ser tratadas como dependientes eternos.