En un rincón tranquilo del pub White Swan en Sheffield, un grupo de seis amigos octogenarios se reúne para compartir una pinta, como lo han hecho cada jueves durante los últimos 56 años. Paul Haynes, Bill Munden, Ken King, Peter Thirlwall, Brian Ayres y Dick Cotton, algunos con una Guinness sin alcohol y otros con una Stones, han hecho de esta tradición una parte esencial de sus vidas, apenas faltando a unas pocas reuniones desde que comenzaron en 1968.

Lo que empezó como una simple reunión entre dos amigos estudiantes que solían jugar al golf y tomar una cerveza después, se ha transformado en una inquebrantable tradición semanal. “Es raro que nos perdamos un jueves”, comenta Peter, un ingeniero eléctrico retirado. «Incluso durante la pandemia, cuando no podíamos ir al pub, continuamos nuestras reuniones por Zoom», añade Ken, rememorando cómo el grupo se mantuvo conectado durante esos meses difíciles.
Una amistad que ha evolucionado con el tiempo
Los temas de conversación han cambiado con los años. “Antes hablábamos de fútbol y sexo. Ahora hablamos más de próstatas y pensiones”, bromea Peter. Sin embargo, lo que no ha cambiado es el profundo respeto y cariño entre ellos. A pesar de las diferencias políticas y las rivalidades futbolísticas, las discusiones nunca se han vuelto personales ni han roto la armonía del grupo. «Todos somos muy diferentes, pero compartimos los mismos valores fundamentales», dice Brian, subrayando que las conversaciones acaloradas nunca han llevado a una pelea real.

Durante estos 56 años, el grupo ha vivido cambios en su entorno habitual, desde el cierre de muchos pubs hasta la inclusión de nuevos miembros y la partida de algunos otros. Pero ni siquiera una pandemia mundial ha podido separarlos. Incluso ahora, continúan reuniéndose virtualmente con amigos que se han mudado a lugares tan lejanos como Australia y Canadá.
La importancia de seguir creando recuerdos
Aunque el grupo ha visto cómo sus reuniones pasaron de tres pintas a solo dos a medida que han envejecido, la alegría de compartir momentos juntos sigue siendo la misma. Para ellos, el secreto de una amistad duradera radica en seguir haciendo cosas nuevas. «No puedes simplemente reunirte para hablar del pasado, necesitas seguir creando recuerdos», dice Paul.

Este grupo de amigos, que ha visto pasar 17 hijos, 33 nietos y seis bisnietos entre ellos, sigue demostrando que la amistad y el compañerismo son una fuente inagotable de alegría. Con una risa fácil y una ronda generosa, se aseguran de que la tradición del jueves por la noche continúe, manteniendo vivas las historias, los debates y, sobre todo, la compañía.
Desde 1968, han sido testigos de muchos cambios en el mundo, pero lo que permanece constante es su compromiso con una amistad que ha resistido la prueba del tiempo.