El certamen Bird Photographer of the Year 2024 puso el foco en una problemática medioambiental que afecta a las aves en las ciudades: los edificios de cristal, que funcionan como trampas mortales para muchas especies. La fotografía ganadora, titulada When Worlds Collide y tomada por Patricia Homonylo, mostró un impactante círculo de aves muertas, una imagen que denuncia la colisión de más de mil millones de aves contra ventanas solo en América del Norte cada año.

Un mensaje desde Toronto
Patricia Homonylo capturó la imagen en Toronto, Canadá, una ciudad con una alta incidencia de muertes de aves por choques contra edificios reflectantes. Homonylo trabaja junto a la organización Fatal Light Awareness Program (FLAP), que intenta rescatar aves afectadas por estas colisiones y concienciar sobre los riesgos que los entornos urbanos presentan para las aves.
Durante el día, las aves confunden los reflejos en los vidrios con paisajes reales o se sienten atraídas por elementos visibles detrás de una ventana, como plantas. Esto provoca que vuelen directo hacia las superficies de cristal. En la noche, el peligro aumenta para las aves migratorias debido a las luces artificiales, como reflectores y faros, que las desorientan, especialmente en días nublados o lluviosos.

La importancia de la fotografía
La imagen ganadora forma parte de una exhibición anual organizada por FLAP, donde las aves recolectadas tras colisiones se disponen para generar impacto visual y despertar conciencia. La exhibición busca promover soluciones que minimicen el impacto de los edificios en las aves, como el uso de materiales menos reflectantes o estrategias de iluminación menos invasivas.
Homonylo utilizó su participación en el certamen como una plataforma para alertar sobre esta tragedia silenciosa y proponer acciones para proteger la biodiversidad urbana.
Además de la obra de Homonylo, otras categorías del concurso destacaron historias de conservación. En la categoría Young Bird Photographer of the Year, el español Andrés Luis Domínguez Blanco, de 14 años, ganó con una imagen de un pájaro trepador en un roble. En la categoría de conservación, Chris Eley, del Reino Unido, documentó los riesgos de las líneas eléctricas para los buitres africanos, una serie que subrayó la labor de organizaciones como Vulpro, que trabaja para proteger estas especies vulnerables.

Un llamado a la acción
El concurso no solo celebra la belleza de las aves, sino que también promueve la educación y la conservación a través de las historias que cuentan las imágenes. Los fondos recaudados con la venta del libro anual del certamen se destinan a proyectos que protegen a las aves y su hábitat. La edición 2025 del concurso ya abrió sus inscripciones, invitando a fotógrafos de todo el mundo a contribuir con imágenes que inspiren acción para cuidar nuestro planeta.
La problemática que afecta a las aves por las colisiones con cristales representa un desafío global. Organizaciones como FLAP instan a implementar medidas concretas en las ciudades para evitar más muertes, ya sea mediante el diseño de edificios más amigables con la fauna o campañas que reduzcan la contaminación lumínica. Historias como la de Homonylo demuestran que la fotografía puede ser una herramienta poderosa para generar cambios y preservar la biodiversidad.