Después de superar una experiencia cercana a la muerte, Niall Harbison, un ex chef y empresario tecnológico irlandés, encontró un nuevo propósito: salvar a perros callejeros en Tailandia. Su iniciativa, conocida como Happy Doggo, ha logrado un impacto significativo al cuidar y rescatar a estos animales en condiciones de extrema vulnerabilidad.

Un giro de vida
El 31 de diciembre de 2020, Harbison ingresó a un hospital en Tailandia después de una sobredosis de alcohol y pastillas. A los 41 años, su cuerpo estaba al límite, y tras varios días en recuperación, tomó una decisión que transformaría su vida. Al salir del hospital, decidió cambiar su estilo de vida por completo y dedicarse a ayudar a otros. Pocos meses después, Harbison alimentó a un perro desnutrido al que llamó Lucky, un acto que se convirtió en el punto de partida para la fundación de Happy Doggo.
Lo que comenzó como una misión personal de alimentar a algunos perros en las calles de Koh Samui, pronto creció hasta convertirse en una organización que cuida a 800 perros diariamente. Harbison, a través de Happy Doggo, no solo alimenta a los perros, sino que también ofrece atención médica, realiza esterilizaciones y ayuda a encontrarles hogares adoptivos. El proyecto tiene como meta reducir la población de perros callejeros, mejorar sus condiciones de vida y brindarles una segunda oportunidad.

Impacto y futuro
En Tailandia, se estima que hay alrededor de 8 millones de perros callejeros, y Harbison busca reducir esa cifra a largo plazo. Con operaciones de esterilización que promedian 5 mil al mes, espera disminuir la población mundial de perros callejeros de 500 millones a 250 millones. Además, Happy Doggo gestiona un santuario donde tratan a perros con problemas de salud graves y está en proceso de construir un hospital para estos animales.
Para Harbison, trabajar con estos animales no solo ha sido una forma de salvar vidas, sino también de reencontrarse a sí mismo. «Ahora que trabajo para los perros, me siento bien conmigo mismo», señala. La organización ha rescatado y dado en adopción a decenas de perros este año, proporcionando una nueva vida a los animales y un nuevo significado a la vida del propio Harbison.

La importancia del trabajo comunitario
Harbison ha utilizado las redes sociales para mostrar su trabajo con los perros callejeros, logrando que Happy Doggo reciba apoyo a nivel local e internacional. A través de videos e imágenes de los rescates y la rehabilitación de los perros, ha concienciado al público sobre la difícil situación de estos animales en Tailandia. Aunque es consciente de que alcanzar su objetivo será un desafío que tomará toda su vida, Harbison sigue comprometido con su misión, dispuesto a seguir adelante por el bienestar de los perros callejeros.
La historia de Niall Harbison y Happy Doggo muestra cómo una vida marcada por la adversidad puede transformarse en una fuente de esperanza y compasión para los demás, en este caso, para los perros que más lo necesitan.