Dalton Cummins, un joven de 24 años originario de Mooresville, Indiana, es un verdadero ejemplo de valentía y determinación. A lo largo de su vida, ha enfrentado grandes desafíos, incluidos dos diagnósticos de cáncer, pero ha salido victorioso y, en un giro extraordinario, ahora trabaja como enfermero en el mismo hospital donde fue tratado, el Riley Hospital for Children.
Un diagnóstico devastador
En mayo de 2020, cuando Dalton estaba en su primer año de universidad, comenzó a notar una tos persistente y mucosidad clara, lo que lo llevó a pensar que podría haberse contagiado de COVID-19. Sin embargo, al visitar al médico, recibió una noticia que cambió su vida: tenía linfoma difuso de células B grandes, un tipo de cáncer agresivo. La noticia lo devastó, y el miedo lo abrumó en ese momento. En una entrevista con People, Dalton recordó cómo lloró al enterarse de su diagnóstico, enfrentando el miedo a lo desconocido.
Dalton se sometió a meses de quimioterapia, pero su camino estuvo lejos de ser fácil. Durante el tratamiento, sufrió complicaciones graves, llegando al departamento de emergencias con fiebre alta y síntomas de shock séptico. La gravedad de su estado lo llevó a la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, donde los médicos le dieron solo un 10 % de posibilidades de sobrevivir. Su familia fue advertida de lo peor, y le recomendaron pasar tiempo con él en esos momentos críticos.
A pesar de todas las probabilidades en su contra, Dalton mostró una fuerza increíble y logró estabilizarse lo suficiente para regresar a la unidad de oncología regular.
Un segundo golpe: linfoma de Hodgkin
Cuando Dalton pensaba que lo peor había pasado, recibió un segundo golpe devastador: un diagnóstico de linfoma de Hodgkin. Esto significó más quimioterapias, un trasplante de células madre en mayo de 2021 y sesiones de radioterapia. Sin embargo, a pesar de enfrentar estas duras pruebas, Dalton no perdió de vista su futuro y continuó con sus estudios. Finalmente, se graduó como enfermero, obteniendo un título asociado en enfermería.
Después de superar dos tipos de cáncer y completar su educación, Dalton sabía que su camino lo llevaba de regreso al lugar donde había sido tratado. Decidió trabajar en el Riley Hospital for Children, donde había pasado momentos tan difíciles. Para él, había una conexión especial con el hospital y con el personal que lo ayudó a luchar por su vida. «Poder alegrar a los pacientes cuando están pasando por un momento difícil es algo que me encanta hacer», explicó Dalton, resaltando su motivación para devolver un poco de la esperanza que una vez le brindaron.
Una historia de inspiración
La historia de Dalton Cummins es más que un ejemplo de supervivencia; es una fuente de inspiración para quienes atraviesan situaciones similares. Su capacidad para enfrentar el cáncer no solo una, sino dos veces, y luego convertir esa experiencia en una carrera dedicada a ayudar a los demás, es una prueba de su increíble fuerza y resiliencia. Ahora, como enfermero, tiene la oportunidad de impactar la vida de otros jóvenes pacientes que, como él, están luchando contra la enfermedad.
Dalton Cummins ha demostrado que, con determinación y esperanza, es posible superar los desafíos más oscuros y salir adelante, convirtiéndose en un faro de esperanza para quienes lo rodean.
