Esta mujer crea muñecas únicas para que los niños con discapacidad no se sientan excluidos

Amy Jandrisevits transforma vidas desde su comedor en Wisconsin, creando muñecas personalizadas que reflejan la diversidad de los niños que no encuentran representación en los juguetes convencionales. Su labor ha regalado sonrisas y esperanza a cientos de familias, demostrando que todos merecen verse reflejados en un mundo que a veces olvida la inclusión.


Una muñeca que abraza la diferencia

Amy, trabajadora social pediátrica antes de dedicarse de lleno a su proyecto, entendió que los niños necesitan verse representados para fortalecer su autoestima. Por eso fundó A Doll Like Me, un emprendimiento donde crea muñecas que reproducen características como amputaciones, condiciones de piel o discapacidades visibles. Cada muñeca es un espejo de amor y reconocimiento para su pequeño dueño.

La respuesta ha sido tan positiva que actualmente maneja una lista de espera de dos años. Para Amy, cada encargo es una historia de dignidad, un recordatorio de que la belleza verdadera radica en la diferencia y en el derecho de cada niño a sentirse visto, abrazado y valorado tal como es.


Ayudar sin importar las circunstancias

Aunque cada muñeca tiene un costo aproximado de 100 dólares, Amy jamás permite que el dinero sea una barrera para las familias. Si algún padre no puede pagar, ella igual entrega la muñeca, financiando su misión gracias a donaciones realizadas a través de su página de GoFundMe.

Este esfuerzo refleja el espíritu de su proyecto: hacer del mundo un lugar más inclusivo y amoroso, uno donde la empatía sea más poderosa que las limitaciones económicas. Gracias a su dedicación, cientos de niños ahora duermen abrazando una versión de sí mismos, orgullosos de quienes son.


El impacto de un abrazo que cambia vidas

Cada muñeca creada por Amy representa mucho más que un juguete: es un símbolo de pertenencia, de aceptación y de amor propio. Su trabajo ha inspirado a comunidades enteras a replantearse qué significa realmente la inclusión y la representación.

Con cada nueva creación, Amy no solo fabrica una muñeca, sino que cose con sus manos pequeños hilos de esperanza que impactan profundamente en las vidas de quienes reciben su arte. Porque para muchos niños, un abrazo de una muñeca que se parece a ellos puede marcar la diferencia entre sentirse invisible o completamente amado.

Inzpira News

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