Adoptó una perrita anciana porque le recordaba a la de su infancia… y resultó ser la misma

Nicole Grimes pensó que solo estaba siguiendo un impulso emocional. Vio en Facebook la foto de una perrita mayor llamada Chloe, que buscaba un nuevo hogar, y algo en ella la hizo detenerse. El rostro, el pelaje, la expresión… le recordaban a su mejor amiga de la infancia. Lo que nunca imaginó es que no era solo un parecido. Era ella.


Separadas por el destino, reunidas por el amor

Cuando tenía 10 años, Nicole recibió a Chloe como regalo de su abuela. Era una pomerania-caniche gris, cariñosa y juguetona. Pero cuatro años después, su padre comenzó a trabajar desde casa, y los ladridos de Chloe se volvieron un problema. La familia tomó una difícil decisión: entregarla a la Sociedad Protectora de Animales del Área de Washington.

Pasaron casi ocho años. Nicole creció, se casó, tuvo una hija… y una tarde cualquiera, apareció esa publicación. Al adoptar a Chloe, no tenía certeza de que fuera la misma, hasta que un veterinario escaneó su microchip: era la perrita de su infancia.


Un reencuentro que el corazón nunca olvidó

Durante esos años, Chloe había vivido con una pareja de ancianos que luego falleció. Un vecino la acogió, y de forma inesperada, la cadena del destino la llevó de nuevo a Nicole. Cuando se reencontraron, Chloe la reconoció de inmediato. No hubo dudas. Solo amor.

“Sentí que gané la lotería”, dijo Nicole. Ahora Chloe vive con ella, su esposo Isaiah y su pequeña hija Violet, cerrando un círculo que el tiempo jamás pudo romper. Es más que una mascota. Es un recuerdo vivo de la infancia… que volvió a casa para quedarse.

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