Una emergencia humanitaria sin precedentes amenaza la Franja de Gaza. La ONU lanzó una advertencia estremecedora: 14.000 bebés podrían morir en las próximas 48 horas si la ayuda humanitaria no logra ingresar a tiempo. Miles de camiones con alimentos y suministros esenciales están listos para partir, pero siguen detenidos en la frontera.

La ayuda existe… pero no llega
Tom Fletcher, jefe humanitario de la ONU, declaró en la BBC que los camiones contienen alimentos y fórmulas nutricionales para bebés en riesgo extremo. “Están listos para salir, pero siguen sin autorización”, explicó. Mientras tanto, cada hora sin acción puede costar miles de vidas.
Desde Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu reconoció la gravedad de la situación y aseguró que se permitirá “un puente mínimo y básico” de asistencia para evitar una hambruna, aunque insistió en que no se puede confiar plenamente en que la ayuda llegue a los civiles. Israel acusa a Hamás de desviar recursos, algo que el grupo niega rotundamente.

Bebés al borde del colapso
La situación en Gaza es crítica. Muchos hospitales no cuentan con electricidad estable, y las madres no tienen acceso a agua ni alimentos suficientes para alimentar a sus hijos. Las organizaciones humanitarias han pedido acceso inmediato y sin restricciones para evitar una tragedia que puede ser irreversible.
El mundo observa, pero el reloj avanza. Cada camión que no cruza representa a un niño que podría no sobrevivir. La crisis humanitaria ya no es una amenaza: es una realidad que necesita acción urgente. Y cuando los más indefensos están en juego, el silencio también mata.