Esperó 63 años el regreso de su esposo caído en la guerra: la promesa que Clara Gantt jamás rompió

Clara Gantt tenía 94 años cuando vio llegar el ataúd envuelto en la bandera de su país. Habían pasado 63 años desde la última vez que vio a su esposo, el sargento Joseph Gantt, un médico de campaña que fue capturado durante la Guerra de Corea en 1950. A pesar del tiempo, ella nunca perdió la esperanza. Lo esperó con la misma fe con la que lo había amado.


Una historia de amor que ni la guerra pudo borrar

Clara conoció a Joseph en un tren en 1946 y se casó con él dos años después. Poco tiempo después, él partió hacia la guerra. Antes de irse, le pidió que siguiera con su vida si algo le ocurría. Pero ella no quiso hacerlo. Nunca volvió a casarse, y durante más de seis décadas guardó cada recuerdo como si él pudiera volver en cualquier momento.

Compró una casa en Inglewood, California, pensando en que él pudiera descansar en su jardín. Mantuvo un santuario con sus medallas, fotografías y cartas. Incluso contrató a un jardinero, por si acaso Joseph regresaba cansado y necesitaba relajarse. Para Clara, cada año sin él fue un año más de fidelidad.


El reencuentro más esperado

En diciembre de 2013, el Departamento de Defensa confirmó que había identificado sus restos. Clara, con 94 años, acudió al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles para recibirlo. Lloró mientras bajaban el ataúd. Se aferró a su promesa, sabiendo que por fin podía darle el descanso que merecía.

Joseph fue enterrado con honores militares. Clara falleció en 2015, poco tiempo después, tranquila y agradecida por haber vivido lo suficiente para cerrar esa herida. Su historia conmovió al mundo entero. La imagen de ella llorando junto al ataúd fue reconocida como una de las más poderosas jamás captadas. Porque cuando el amor es verdadero, ni el tiempo ni la guerra logran borrarlo.

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