Annie, una mujer holandesa de 99 años, logró cumplir un deseo que pocos se atreven a confesar: ser arrestada. En 2017, con la ayuda de su familia y el apoyo de la policía local, vivió por unas horas lo que significa estar esposada y encerrada, todo con una enorme sonrisa en el rostro.

Una petición curiosa con final feliz
Desde hacía tiempo, Annie sentía curiosidad por saber cómo se sentía estar bajo custodia. No por haber cometido algún delito, sino porque figuraba en su lista personal de cosas por hacer antes de morir. Fue entonces cuando se lo comentó a su sobrina, quien, lejos de ignorarla, decidió ayudarla a cumplir ese deseo.
Con el consentimiento de la comisaría de Nijmegen-Zuid, Países Bajos, los agentes organizaron una intervención especial. Pasaron a recogerla, la esposaron con suavidad y la llevaron a una celda donde estuvo por unos minutos. Todo fue cuidadosamente preparado para que la experiencia fuera segura, divertida y respetuosa.

Una experiencia que se volvió viral
Las imágenes del momento muestran a Annie riendo a carcajadas mientras disfruta cada segundo del “arresto”. Lejos de estar asustada, se le veía emocionada por vivir una situación tan poco común para alguien de su edad. Su alegría se contagió rápidamente en redes sociales, donde la historia fue compartida miles de veces.
El gesto generó ternura y admiración en todo el mundo. Muchos usuarios aplaudieron tanto la actitud positiva de Annie como la empatía de los policías. A veces, los pequeños sueños pueden parecer extraños, pero hacerlos realidad deja recuerdos que duran para siempre.