Gomita no solo fue una perrita rescatada, sino un símbolo de amor, trabajo y lealtad. Durante años, acompañó a Jorge, su humano y mejor amigo, en la venta de pan, ganándose el corazón de cientos de personas en redes sociales. A sus 17 años, Gomita cerró un ciclo lleno de ternura, dejando un legado imborrable.
Una historia de amor y emprendimiento
Jorge encontró a Gomita cuando ella más lo necesitaba. La rescató, la cuidó y ella, en agradecimiento, se convirtió en su mejor ayudante. Día a día, se le veía a su lado mientras vendía pan bajo el nombre de “Panati”. La lomita llevaba su uniforme, saludaba a los clientes con cariño y se convirtió en un emblema de la marca, una vendedora canina única.
La noticia de su fallecimiento conmovió a miles de personas que la seguían en redes. “Gomita, nuestra primera vendedora canina, falleció hace unas semanas. No habíamos podido ni escribir de ello por el gran dolor”, escribió Jorge, visiblemente afectado.
Una despedida rodeada de amor
Gomita murió en paz, rodeada de su familia humana y su manada peluda. “Se fue porque ya era muy grande y enfermó, pero su recuerdo jamás se irá”, escribió su compañero en una emotiva publicación. Con su partida, también se cierra una etapa importante para Panati, pero su espíritu seguirá presente en cada pan vendido y en cada historia compartida.
Las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo y agradecimiento hacia Gomita. Su historia demostró que los animales no solo acompañan, sino que también inspiran y transforman vidas. Porque Gomita no fue solo una perrita, fue parte de una familia, de un negocio y de una comunidad que jamás la olvidará.
