Desde el otro lado de una pared de vidrio, un maestro iraní marca la diferencia en la vida de su estudiante. Cada día, sin falta, visita el hospital para asegurarse de que su alumno, quien enfrenta el cáncer, no pierda la conexión con la escuela ni con sus compañeros.

Educación más allá del aula
El niño, postrado en su cama de hospital, espera con ilusión la llegada de su profesor. A través de los teléfonos instalados en la pared, comparten conversaciones sobre las clases, las tareas y las anécdotas del colegio. El maestro le explica los temas que no pudo aprender en persona y le narra todo lo que ha sucedido en la escuela, asegurándose de que no se sienta excluido.

Un gesto de dedicación y empatía
Más que enseñarle matemáticas o literatura, el maestro le brinda apoyo emocional, recordándole que sigue siendo parte de la comunidad escolar. La educación se convierte en un puente de esperanza, en un lazo que trasciende las paredes del hospital y demuestra el impacto de la vocación docente.
Esta conmovedora historia refleja la importancia de la empatía y el compromiso de los educadores, quienes no solo transmiten conocimientos, sino que también ofrecen compañía y consuelo en los momentos más difíciles.