Cuando Thomas Cook y Joseph Feeney se dieron la mano en 1992, jamás imaginaron que esa promesa cambiaría sus vidas. Durante casi tres décadas, jugaron a la lotería sin éxito, pero el destino tenía otros planes. En junio, Cook compró el boleto ganador del Powerball y sin dudarlo, cumplió su palabra: compartió los $22 millones con su mejor amigo.
Un pacto de amistad convertido en fortuna
La historia comenzó hace 30 años, cuando ambos amigos acordaron dividir cualquier premio mayor que alguno de ellos ganara. Años después, mientras desayunaba, Cook revisó su boleto y se quedó paralizado al ver los números ganadores. Su esposa tuvo la misma reacción.
Apenas procesó la noticia, Cook tomó el teléfono y llamó a Feeney. Al principio, su amigo pensó que se trataba de una broma. «Eso fue hace muchos años», dijo Cook. «Pero un apretón de manos es un apretón de manos, amigo».
Un retiro soñado sin lujos
Los amigos optaron por recibir el premio en un pago único de $16.7 millones, lo que les dejó a cada uno aproximadamente $5.7 millones después de impuestos. Cook, quien tiene nietos y bisnietos, decidió retirarse de inmediato, mientras que Feeney ya estaba jubilado del departamento de bomberos.
A pesar de la fortuna, ninguno tiene planes extravagantes. En lugar de despilfarrar el dinero, quieren disfrutar su tiempo con la familia y viajar juntos, algo que siempre soñaron. «No se me ocurre una mejor manera de jubilarme», comentó Cook.
Un boleto que hizo historia
El premio mayor del Powerball en Wisconsin no se ganaba desde marzo de 2019, y la probabilidad de acertar los números es de 1 en 292 millones. La gasolinera que vendió el boleto recibió un bono de $100,000 por la histórica venta.
El director de la Lotería de Wisconsin felicitó a los amigos por su gran victoria: «El poder de la amistad y un apretón de manos ha dado sus frutos. ¡Ha llegado su día de suerte!».
Esta historia es un recordatorio de que la verdadera riqueza no está solo en el dinero, sino en la lealtad y la amistad inquebrantable.
