Alicia Fivecoat, una madre de 62 años, vivió un golpe inesperado a fines del año pasado cuando descubrió una masa debajo de su brazo. Poco después, los médicos le confirmaron el diagnóstico de cáncer de mama, iniciando una difícil batalla contra la enfermedad.
Sin embargo, el destino le tenía preparada otra dura noticia. En enero, mientras se realizaba un análisis de sangre en el MD Anderson Cáncer Center en Houston, se enteró de que su nieta Whitney, de apenas un año, también había sido diagnosticada con leucemia mieloide aguda (LMA), un agresivo cáncer de la sangre y médula ósea.
Un diagnóstico que cambia vidas
Shelly y Tyler notaron hinchazón y hematomas en el ojo de Whitney, los cuales se extendieron al otro ojo. Preocupados, buscaron atención médica, sin imaginar que recibirían un diagnóstico tan impactante. «Fue como si el mundo se detuviera», comentó Shelly.
Mientras Whitney iniciaba de inmediato sesiones de quimioterapia en el Texas Children’s Hospital, Alicia comenzó su propio tratamiento contra el cáncer de mama al otro lado de la calle, en el MD Anderson Cancer Center.
Unidas por la esperanza en medio de la adversidad
La coincidencia de los horarios de tratamiento permitió que Alicia pasara tiempo con Whitney, incluso mientras lidiaba con los efectos secundarios de la quimioterapia. A menudo, su suegra la acompañaba al MD Anderson, mientras ella descansaba o se aseguraba de estar cerca por si necesitaba regresar al hospital.
«Era un momento para que mamá estuviera con Whitney, pero también para descansar. Ella siempre encontró la manera de estar allí para todos nosotros», dijo Shelly.
Una lucha que inspira
La historia de Alicia y Whitney es un recordatorio de la fortaleza y el amor inquebrantable de una familia. Enfrentar dos diagnósticos de cáncer al mismo tiempo no solo puso a prueba su resistencia física, sino también su unión como familia.
Alicia y Whitney no solo comparten el vínculo de la sangre, sino también una valentía que trasciende generaciones. Su lucha conjunta continúa inspirando a quienes las rodean, demostrando que, incluso en los momentos más difíciles, la esperanza y el apoyo mutuo pueden iluminar el camino.