Una serie de «coincidencias» llevó a la brasileña Rebeca Andrade a iniciar su camino en la gimnasia artística a los 6 años, mientras vivía en Guarulhos, un municipio de Sao Paulo.
A principios de los años 2000, el nuevo grupo de niños de un proyecto social de gimnasia de la municipalidad de Sao Paulo ya estaba prácticamente seleccionado. El nombre de Rebeca, hija de una madre sola y empleada doméstica, no estaba entre ellos. Sin embargo, su tía Cida, que había comenzado a trabajar como cocinera en el gimnasio, pidió a la profesora y entrenadora Mónica dos Anjos que le «echara un vistazo» a su vivaz sobrina.
«Cuando vi ese cuerpito fuerte, tonificado y lleno de músculos que buscamos en los niños en la gimnasia, ya supe que tenía algo especial», recuerda Mónica sobre la decisión de hacerle hueco a otra alumna en su clase.
La mujer «más olímpica» de Brasil
Andrade se convirtió en la mayor medallista olímpica brasileña al conquistar el oro en gimnasia de suelo, superando a la estadounidense Simone Biles. En total, ya ha subido a seis podios olímpicos. En los Juegos de Tokio 2020, ganó la plata en la prueba completa individual y el oro en salto. Sus logros la sitúan ahora como la atleta brasileña, entre hombres y mujeres, con más logros olímpicos, superando a Robert Scheidt y Torben Grael en vela.
El inicio de una carrera brillante
La profesora que acompañó los primeros saltos de Andrade, Mónica dos Anjos, recuerda cómo la pequeña Rebeca destacaba en el proyecto social de Guarulhos. «Era difícil mantenerla concentrada, porque todo le resultaba fácil. Cuando ponía a las niñas en fila yo preguntaba, ¿y dónde anda Rebeca? Ella estaba observando a las mayores, imitando los pasos de baile, los movimientos», relata.
La fuerza y potencia física de Rebeca Andrade han sido factores determinantes en su éxito. Su entrenadora inicial, Mónica dos Anjos, destacó la potencia muscular que permite a Rebeca realizar saltos y rutinas con una limpieza y altura excepcionales. La exgimnasta y pionera Luisa Parente comparó sus habilidades con las de una bailarina, explicando que Rebeca, al igual que Simone Biles, posee una conjunción de capacidades naturales, constitución física y potencia muscular.
La concentración y el equilibrio mental son esenciales en la gimnasia, un deporte que exige precisión y resiliencia. Andrade ha contado con el apoyo de psicólogos que la han ayudado a mantener la calma y superar los errores inevitables. «Si te equivocas, tienes que levantarte», dice Mónica dos Anjos. La gimnasta también ha resaltado la importancia de tener a una profesional de la salud mental a su lado.
Carisma y energía en el escenario
El carisma y la energía de Rebeca Andrade en las pruebas de suelo son innegables. «En comparación, las estadounidenses hacen muy bien las acrobacias. Pero nuestras brasileñas, no sólo Rebeca, animan al público, montan un espectáculo», dice Mónica dos Anjos. La música elegida para sus rutinas, un remix de End of Time de Beyoncé y Movimento da Sanfoninha de Anitta, refleja su historia y conecta con el público.
A pesar de su éxito, Rebeca ha enfrentado desafíos significativos, incluidas tres cirugías en la rodilla derecha. En varias ocasiones pensó en abandonar su carrera, pero el apoyo de su madre, entrenadores e incluso de Simone Biles, la motivaron a seguir adelante.
Inspiración y legado
La historia de Rebeca Andrade es un testimonio de cómo la combinación de talento, dedicación y apoyo puede llevar a la grandeza. Su éxito inspira a futuras generaciones de gimnastas y consolida la posición de Brasil en la gimnasia mundial. Como ella misma dice, «Me ayudaron las tres, el equilibrio entre todas. Y claro, todo el trabajo de mi equipo».
