Amy Appelhans Gubser, una enfermera de 55 años del Hospital Infantil Benioff de UCSF, ha logrado una hazaña impresionante al convertirse en la primera persona en nadar desde el puente Golden Gate hasta las Islas Farallón en California.
Esta travesía de 48 kilómetros, que le tomó 17 horas, implicó enfrentarse a aguas heladas y la presencia de grandes tiburones blancos, conocidos depredadores de la zona.
La Federación de Nadadores de Maratón
Ha calificado este nado como «el maratón de nado más duro del mundo», destacando la valentía y resistencia de Amy. Aunque otras cinco personas han completado la travesía antes, Amy es la primera en nadar de este a oeste, lo que añadió un nivel extra de desafío debido a las corrientes y las temperaturas extremas del agua.
El viaje de Amy hacia este logro comenzó hace más de una década, cuando un amigo la animó a volver al océano después de haber dejado la natación competitiva tras su graduación universitaria. Enfrentándose a un entrenamiento riguroso y años de planificación, Amy finalmente se lanzó al agua en la madrugada del 11 de mayo, acompañada por un equipo de apoyo en un pequeño bote.
Equipada con un traje de baño blanco y negro para intentar engañar a los tiburones haciéndoles creer que era una orca y un gorro de baño con una luz para ser vista por su equipo, Amy nadó sin descanso a través del temido Golfo de los Farallones.
¿Qué son los farallones?
Los Farallones, una cadena de islas al oeste de San Francisco, son conocidas por ser un refugio nacional de vida silvestre y por estar envueltas en mitos de peligros y espíritus.
La zona es un conocido hábitat para los grandes tiburones blancos, aunque en mayo muchos migran, reduciendo ligeramente el riesgo para los nadadores. Sin embargo, la presencia de un lobo de mar muerto, mordido por tiburones, observado el día de la travesía, subraya el peligro constante.
El viaje de Amy no solo fue un desafío físico, sino también una forma de inspirar a otros. «No creo que todos sepamos de lo que somos capaces», comentó Amy, destacando que dedicó su nado a su hermano y amigos que están luchando contra el cáncer. Su objetivo es demostrar que, con determinación, se pueden superar grandes obstáculos.
Su historia de superación y determinación es un testimonio del poder del espíritu humano y una inspiración para todos aquellos que enfrentan sus propios desafíos.
