Edmundo Ramos, un ingeniero argentino residente en Anisacate, Córdoba, ha innovado nuevamente al utilizar residuos residenciales para generar energía eléctrica, tras su éxito anterior al hacer funcionar su camioneta con gas producido a partir de basura, bautizado como «gasura».
Ramos, conocido por su dedicación a encontrar alternativas a las energías no renovables, desarrolló un sistema de gasificación que convierte residuos sólidos en gas. Este gas puede alimentar un generador, creando así electricidad.
«Estoy muy entusiasmado con este último experimento», comentó Ramos, quien destacó que su invento podría ser vital para comunidades remotas que dependen de generadores de combustible fósil.
El proceso comienza con la carbonización de la basura, convirtiéndola en biomasa carbonizada. Los desechos, principalmente restos de bellotas y cáscaras de nuez, se utilizan por su alta densidad energética. El gasificador, una vez lleno con esta biomasa y encendido, produce gas a altas temperaturas. Este gas se filtra y se utiliza para generar electricidad.
Ramos estima que 2.5 kilos de residuos pueden generar un kilowatt hora, suficiente para abastecer una casa mediana durante una hora.
A pesar de los obstáculos y críticas, Ramos sigue adelante con su visión. Comparó su invento con las primeras computadoras que ocupaban habitaciones enteras, destacando que con el tiempo, su tecnología también evolucionará para ser más eficiente y compacta.
A sus 67 años, sigue perfeccionando su método y comparte gratuitamente los planos de sus inventos a través de sus redes sociales (@autoabasura).
Un poco de él
Edmundo Ramos nació en Nueva York pero se crio en Argentina. Tras estudiar en la Facultad de Ingeniería y trabajar en diferentes lugares del país, se estableció en Tijuana, México, donde trabajó como contratista e ingeniero eléctrico.
En 2008, regresó a Argentina y comenzó a dedicarse a sus proyectos innovadores con la basura. Su perseverancia y una experiencia que él describe como «divina» lo llevaron a lograr lo que muchos consideraban imposible: hacer funcionar vehículos y generadores eléctricos con residuos sólidos.
Ramos espera que su invención no solo proporcione una solución práctica para comunidades sin acceso a la electricidad, sino que también contribuya a la descontaminación del planeta, ofreciendo una alternativa viable y sostenible a los combustibles fósiles.