Marcela Casal Sánchez, una enfermera del Sanatorio Mater Dei en Buenos Aires, Argentina, presenció cómo una pareja de padres rechazaba a su bebé al descubrir que tenía síndrome de Down.
A pesar de las expectativas de que los padres cambiaran de opinión, Marcela y sus colegas se encontraron con la decisión definitiva de la pareja de abandonar al recién nacido. La madre solicitó la retirada de la cuna del cuarto, devolvió el certificado de nacimiento y ambos se marcharon.
El pequeño, al que llamaban Santiago, recibió amor y cuidado de parte de Marcela y su equipo en el hospital. Sin embargo, la situación se volvió aún más desgarradora cuando los padres informaron a sus familiares que Santiago había fallecido y pidieron que se le cambiara el nombre a Franco. Marcela, conmovida por la situación del bebé, decidió emprender los trámites para adoptarlo.
Después de tres meses, Marcela recibió una sorprendente noticia del juzgado: la jueza María del Carmen Bacigalupo decidió que Marcela y su pareja fueran los padres de Santiago. La jueza había sido testigo del amor y la dedicación de Marcela hacia el bebé y consideró que era lo mejor para su futuro. La decisión fue recibida con lágrimas de alegría por parte de todos los presentes.
A pesar de los desafíos que enfrentó después de la separación de su pareja, Marcela no se arrepiente de haber elegido adoptar a Santiago. Aunque no estén solos, ya que cuentan con el apoyo de sus padres y la familia del hospital, Marcela afirma que Santiago es su mayor amor y responsabilidad.
Santiago es descrito como un niño excepcionalmente cariñoso y sociable, y su vínculo con Marcela es una historia de amor y dedicación que inspira a todos en el Sanatorio Mater Dei.