Una ciudad japonesa enfrenta un dilema serio: ¿cómo controlar la creciente afluencia de turistas que amenazan la tranquilidad local?
En Fujikawaguchiko, conocida por su impresionante vista del monte Fuji, los residentes han visto cómo la presencia de visitantes ha trastocado la vida cotidiana. Problemas como el tráfico caótico, la basura en las calles y la invasión de propiedades privadas han llevado a las autoridades locales a tomar medidas drásticas.
El descontento de los residentes es palpable. Desde hace aproximadamente dos años, cuando una imagen viral atrajo la atención de turistas de todo el mundo hacia esta pequeña ciudad, la situación ha ido de mal en peor. La afluencia masiva de visitantes ha generado molestias constantes, desde ruidos excesivos hasta la falta de respeto por las normas locales.
Las autoridades han intentado abordar el problema de manera diplomática, con medidas como carteles en varios idiomas y la contratación de personal de seguridad. Sin embargo, ninguno de estos esfuerzos ha sido efectivo para disuadir a los turistas indisciplinados. Ante esta situación, han decidido tomar una medida más radical: construir una gran pantalla negra que bloquee la vista del monte Fuji.
Esta pantalla, que tendrá 2,5 metros de alto y 20 metros de largo, se erigirá a lo largo de un tramo de la vía para impedir que los turistas disfruten de la famosa vista. Aunque las autoridades esperan que esta medida reduzca la afluencia de visitantes, algunos residentes y turistas cuestionan su efectividad y consideran que es una solución excesiva para el problema.
A pesar de las críticas, las autoridades están decididas a seguir adelante con su plan. Se espera que la construcción de la pantalla esté completa para mediados de mayo. Mientras tanto, la controversia continúa, con algunos argumentando que se deben explorar otras soluciones más equilibradas y menos drásticas para abordar el problema del turismo descontrolado en la zona.
