Académicos especializados en fonética de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich investigaron la aparición y evolución de acentos al aprovechar el aislamiento experimentado por un conjunto de científicos en la Antártida.
Los habitantes humanos de la Antártida han dado lugar a un fenómeno lingüístico singular: han desarrollado un acento propio del lugar. Aunque la población en este continente es escasa y mayormente rotatoria, los científicos han notado cómo el habla de un grupo diverso de residentes ha evolucionado hacia un nuevo y distintivo acento.
Un equipo de investigadores de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich se sumergió en el estudio del habla de 11 residentes antárticos de orígenes diversos, desde el sur de Inglaterra hasta Islandia y Alemania. Este estudio, compartido en la Revista de la Sociedad Acústica de América, reveló el surgimiento de un nuevo acento, resultado de la convivencia y la interacción lingüística en un entorno aislado.
Según Jonathan Harrington, profesor de fonética y procesamiento del habla en la Universidad Ludwig-Maximilians de Munich, el acento antártico aún no es fácilmente perceptible auditivamente, pero puede ser identificado mediante análisis acústicos. Se caracteriza por la elongación de las vocales y una pronunciación más frontal de ciertos sonidos, como el /ou/.
Este fascinante fenómeno lingüístico ilustra cómo el aislamiento y la convivencia en un entorno único pueden moldear el habla y dar lugar a una expresión lingüística distintiva. Además, plantea preguntas intrigantes sobre cómo el comportamiento humano se adapta y transforma en condiciones extremas, como las que se encuentran en el continente antártico.