El cierre del famoso acuario Miami Seaquarium, uno de los más destacados de Estados Unidos, ha sido anunciado para abril de este año debido a múltiples denuncias por crueldad animal.
El activismo y las denuncias han revelado un estado alarmante de salud de los animales, con informes de numerosas muertes, incluida la de la icónica orca Lolita, y condiciones deplorables para los residentes marinos del parque.
La justicia ha tomado medidas tras recibir acusaciones de maltrato y violaciones graves de bienestar animal, ordenando a la Dolphin Company, propietaria del Miami Seaquarium, desalojar el terreno antes del 21 de abril. El condado de Miami ha destacado las múltiples y significativas violaciones del contrato de alquiler, incluido un descuido total por la seguridad y el bienestar de los animales.
Las denuncias han revelado una situación alarmante dentro del acuario, con animales lastimados, hacinados y en condiciones deplorables.
Casos extremos
Se han encontrado casos extremos, como un delfín con un clavo de 5 centímetros en la garganta y un lobo marino con problemas oculares graves debido a la falta de atención médica adecuada.
Con el cierre inminente del parque, se están realizando consultas con veterinarios y expertos para determinar el futuro de los animales residentes. Muchos de ellos no pueden regresar a su hábitat natural y se están buscando santuarios que puedan proporcionarles la mejor calidad de vida posible.
La clausura del Miami Seaquarium marca un hito significativo en la lucha contra la crueldad animal en zoológicos y acuarios. Este cierre refleja un cambio en la percepción pública y una creciente conciencia sobre el bienestar de los animales en cautiverio.
Las denuncias y el activismo han llevado a un mayor escrutinio de las condiciones en las que viven los animales en estos establecimientos, y la decisión judicial de cerrar el acuario subraya la necesidad urgente de reformas en la industria del entretenimiento animal.
A medida que el Miami Seaquarium se prepara para cerrar sus puertas, se plantean preguntas sobre el futuro de otros establecimientos similares en todo el país.
Este caso sirve como un llamado de atención para que los operadores de zoológicos y acuarios prioricen el bienestar de los animales sobre los intereses comerciales, y para que las autoridades gubernamentales refuercen las regulaciones para proteger a las criaturas cautivas.
